Retablo mayor: el más fastuoso de la iglesia es el retablo mayor, de estilo barroco, totalmente de madera de castaño y nogal. Con seis columnas gruesas de estilo salomónico apoyadas sobre basas.
El retablo se divide en nueve casas.
En la casa central hay un camerino con un Santiago sedente que se podría abrazar por detrás, con sus escaleras para subir y bajar al estilo de las de la Catedral de Santiago de Compostela.
En las primeras casas se encuentran las imágenes de San Pedro y San Pablo, columnas de la fe.
En las segundas, San José y San Joaquín, con la Niña María.
En el centro, un poco más arriba, la fornela que acogía en el pasado la imagen de la Virgen de la Paz. Hoy en día está el Cristo de Minerva.
En las terceras, las imágenes de San Benito y San Telmo.
En la última casa, la imagen del Apóstol Santiago a caballo, con los moros debajo de los pies de los caballos. En la parte superior, y en los laterales, dos escudos de representación en la villa.
Retablo-altar de la Misericordia: de estilo Neo-clásico, de madera de castaño pintada, con columnas de carácter marmoleado, propio de este estilo. Tiene forma de frontispicio; el centro lo preside la imagen de la Virgen del Carmen sobre el que hay un baldaquino con la figura de San Simón de Stock.
Lo hizo el Gremio de mareantes después de solicitar autorización a los cofrades de San Bartolomé, imagen que ya ocupaba aquel espacio, patrono de oficios varios. Se dio autorización a cambio de que la imagen formase parte del retablo.
Acoge la imagen de San José, que lleva la inscripción “ex omni carne eccisa” (exento de todo pecado), portada por un ángel.
También la imagen de San Bartolomé lleva una inscripción soportada por un ángel que dice “virtute allicavit demon” (Con la virtud se rechaza al demonio).
Se terminó en 1743. Y fue dorado y policromado en 1797.
Retablo-altar de la Inmaculada: situado en la capilla del que fue titular San Pablo. A comienzos del siglo XX pasó a ser el altar de la Inmaculada Concepción. Estilo modernistas.
Contiene el relieve de la Anunciación.
Las otras dos casas, de las tres que contiene, se dedican a San Luis Gonzaga y San Lorenzo.
Retablo-altar de Ánimas: de traza muy sencilla.
Se divide en dos órdenes. La primera se compone de cuatro columnas de estilo neoclásico. En el espacio entre las columnas de la derecha se acoge la imagen de Santa Lucía, y en el espacio de las columnas de la izquierda se acoge la imagen de San Antonio.
El retablo presenta la tabla con las Benditas Ánimas del Purgatorio, y el “Cuerpo Santo”.
La tabla de Ánimas contiene la leyenda “Contémplalas Justos y ten compasión de ellas. Contémplalas pecador y ten compasión de ti”.
En la parte de arriba contiene la imagen de La Soledad. Y sobre la misma hay un Calvario custodiado por dos ángeles entre columnas de estilo neoclásico. Hacia los extremos hay la siguiente leyenda “Yo te adoro, mi Señor, en la cruz crucificado. Oh, dulcísimo Jesús! Sed a las almas propicio, pues por ellas el suplicio padecisteis de la cruz”.
En un frontón de arquivolta está la figura del Padre Eterno.
Es renacentista.
Retablo-altar de Nuestra Señora del Rosario: el altar se compone de tres cuerpos: un cuerpo central que descansa sobre una base de piedra tallada y policromada, en el que figuran dos fornelas y un templete.
En los laterales del altar están las figuras de San Sebastián y San Roque, que arropan la imagen de Nuestra Señora del Rosario.
El conjunto, del último barroco –plateresco- lo remata un plinto con pecho de paloma.
El segundo cuerpo tiene estilo barroco y neoclásico. En él se encuentra el Padre Eterno. A los lados, con estilo neoclásico, están las imágenes de San José y de Santa Bárbara.
El medio punto de la bóveda se adorna con hojas, flores, ángeles y otros adornos.
Retablo del Sagrado Corazón de Jesús: en la capilla que fue de San Pedro, y terminada en el siglo XIX.
Su estilo es pseudo neoclásico tardío, con influencia del último barroco.
Retablo de una sola orden, compuesto de dos templetes en el que descansa el medio punto que acoge la fornela central que sostienen las dos columnas neoclásicas.
El cuerpo bajo es puramente neoclásico; rematado con policromía y oro de la época.
Retablo del Santísimo Cristo del Consuelo:dentro de la capilla, construida por Jácome Fernández, está el retablo dedicado al Santísimo Cristo del Consuelo, antiguamente el Buen Jesús.
Retablo de una sola orden. Neoclásico, de madera de castaño pintada.
El retablo está presidido por el Santísimo Cristo, obra de Juan Pintos, realizado en 1796.
Su primera decoración se hizo con oro y con preparaciones de base floja, ejecutada por el pintor Benito Antonio da Silva.
Actualmente, conservando su estilo neoclásico, lo doró y pintó Julián Fernández Picazo.
Sobre el altar de piedra, descansa la base del retablo, donde se albergaron las reliquias de San Cándido, San Fidel, San Modesto y San Teodoro.
En el espacio de las dos columnas principales se alojan dos tablas del siglo XVI, de las más grandes encontradas en una iglesia en Galicia. El fondo de esas tablas es una representación del Calvario, pintura con influencia del estilo bizantino.
En el frontispicio del medio figura un paño de la Santa Faz.