Hoy recomendamos lo que nos parece la gran lectura espiritual del verano y para leer este verano. Hablamos del libro escrito por Monseñor Dominique Rey, obispo de Frejus-Toulon desde el 2000, “La adoración en el corazón del mundo” publicado por Ediciones Cor Iesus, en su Colección Fons Vitae.
Es un libro de verdadera piedad (familiaridad) eucarística, como tantos otros, pero original, novedoso en su contenido. Aporta algo nuevo desde luego.
El libro está estructurado en cuatro grandes partes: el silencio, la belleza, el tiempo, la esperanza. Cuatro conceptos que se referirán al Misterio Eucarístico.
Las cuatro partes son cuatro grandes reflexiones de Mons. Rey sobre la Eucaristía muy pensada y trabajadas, enriquecidas con citas de autores, mayoritariamente franceses, que enriquecen su meditación. Los autores a los que acude para aportar frescura a sus reflexiones eucarísticas pueden ser clásicos como San Alfonso María de Ligorio y San Pedro Julián Eymard, verdadero apóstol de la Eucaristía en Francia; como otros más modernos como el gran Gustave Thibon, filósofo católico francés que, entiendo, son las más hermosas de todo el libro. Entre medias citas de la gran obra de Bernanos “Diario de un cura rural”, y de Robert H. Benson “El señor del mundo”, que para aquellos que lo hayan leído quedará para siempre la esperanza que nos ofrece el final. Amén de un español, el gran obispo de Valencia del siglo XVI Santo Tomás de Villanueva; Maurice Zundel; el Cardenal Sarah, últimamente en el candelero; y de los papas Juan Pablo II, Francisco, y Benedicto XVI, las más atractivas. Y muchas más.
Este libro reclamará, una vez leído y subrayado, una segunda lectura como pocos. Y animo a que se haga para sacarle todo su jugo, y para forjar una recia espiritualidad eucarística en torno a los cuatro conceptos antes mencionados: silencio, belleza, tiempo, esperanza (de alguna manera, ésta, la más bonita).
El apartado dedicado al silencio eucarístico tiene plena autonomía respecto al libro sobre el propio “silencio” que escribió hace escasos años el Cardenal Sarah. Los siguientes dos apartados son, entendemos, más filosóficos, particularmente el referido al tiempo; el referido a la “belleza”, se observará que se ligará con la belleza de la Hostia Consagrada expuesta para nuestra admiración; la última parte, lo dijimos, la que más pueda gustar, pero que también contienen unas reflexiones acerca de la realidad actual muy bien pensadas que nos hablan, en término fuerte usado por Monseñor Rey, del “colapso” social, antropológico al que asistimos con dolor en nuestros días. No podían faltar las reflexiones sobre el transhumanismo.
Recomendamos, pues, vivamente, la lectura pausada de esta obra de Mons. Rey para estos días del estío. Y la relectura. Al volver a la cotidianidad en unas semanas, valdrá la pena comentar y estudiar con nuestros grupos cristianos de referencia para fomentar la familiaridad eucarística.