RECOMENDACIÓN BIBLIOGRÁFICA: “Guía del camino al Cielo”

by AdminObra

Recomendamos esta lectura para el próximo mes de noviembre, mes dedicado a los Fieles Difuntos, escrito por el Cardenal Juan Bona, monje cisterciense del siglo XVII.

El libro ha sido editado en “Fonte Monte Carmelo”, en su colección “Biblioteca Cisterciense” que contiene obras clásicas y actuales de espiritualidad cisterciense.

El cardenal Juan Bona (1609-1674) fue un humilde monje perteneciente a la Orden del Císter que por su ciencia y su santidad de vida se vio envuelto en el gobierno de su Orden y de la Iglesia. Como hombre de Iglesia, trabajó por ella en el difícil y apasionante siglo XVII; como monje cisterciense, nunca se apartó de su amor a la soledad, a la oración y la vida simple.

Esta obra es una de las dos que están actualmente traducidas al castellano, la otra es “El sacrificio de la Santa Misa” (pequeño tratado sobre el misterio de la Misa altamente recomendable) y que algunos han comparado con “La imitación de Cristo” de Kempis, y merecido elogios de un papa santo como Pío X. Éste, que admiraba la figura intelectual y la virtud del Cardenal Bona, encareció sus escritos para fortalecer la piedad del pueblo cristiano, y de sus sacerdotes.

La “Guía” es un tratado ascético sobre el cuidado del alma. Trata del cultivo de las virtudes y el desarraigo de los vicios. Es un libro recio. Seco. Fuerte. Austero. Pero no es áspero. Fundamente todos sus consejos en la Sagrada Escritura, en los Padres de la Iglesia y, muy especialmente, en autores estoicos (los estoicos romanos, particularmente), sobresaliendo Séneca (cordobés). Ciertamente, el mayor número de citas y pies de página corresponde a autores paganos provenientes de la filosofía del estoicismo, pero que tenían una sensibilidad que los hacía aptos para apuntalar los consejos cristianos para lograr una vida recia y austera. Bona tenía un carácter próximo al estoicismo, pues era inclinado al ascetismo y a la virtud. Pero su referente no era el estoicismo “herorico” de Catón, ni el majestuoso de Marco Aurelio, sino el natural y humano del ya mentado Séneca. Su moral, la del hispano, era muy próxima a la cristiana.

La “Guía” se vertebra en torno a las tres etapas clásicas de la espiritualidad cristiana: purgativa, iluminativa y unitiva; tras dos capítulos sobre el fin último del hombre y la importancia de un buen director espiritual, Bona abordará a lo largo de 15 capítulos la descripción de los siete pecados capitales y otros aspectos vital importancia: moderación de los apetitos, la lucha contra las bajas pasiones, el control del cuerpo y de los sentidos exteriores, la custodia de la lengua. Los 17 siguientes capítulos se centran en las virtudes teologales, cardinales y capitales, y los dones y frutos del Espíritu Santo. El último está dedicado a la vía unitiva de los perfectos, a la que se llega después de haberse purificado de todo apego terrenal.

Libro muy recomendable para tomarnos en serio la sanación de nuestra alma por medio del ejercicio esmerado de la virtud.