El conocido como “Detente” es un pequeño emblema que se puede llevar sobre el pecho, colgado al cuello o prendido de la chaqueta, aunque lo ideal es llevarlo a la altura del corazón, como recordatorio de las palabras de San Pablo: “Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús” (Flp 2, 5).
Lleva una imagen del Sagrado Corazón, que normalmente está rodeada con la siguiente cita “Detente (bala/enemigo), el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo”.
Se cuenta que en el año 1870 una mujer romana, después de consagrar al Sagrado Corazón y a la Santísima Virgen a su hijo que partía para la guerra de unificación de Italia, alistado con los Zuavos Pontificios, le entregó un “Detente” que ella misma dibujó sobre un pedazo de paño rojo diciéndole: “El te devolverá sano y salvo a mi cariño”. El joven salió ileso de la guerra diciendo que una bala que golpeó su pecho, donde tenía el “Detente”, se detuvo sin producirle daño. La madre contó lo ocurrido al Santo Padre, el papa Pío IX.
El papa concedió aprobación definitiva a tal devoción y dijo: “Esto, señora, es una inspiración del Cielo”. Y, después, añadió: “Voy a bendecir este Corazón, y quiero que todos aquellos que fueren hechos según este modelo reciban esta misma bendición, sin que sea necesario que algún otro sacerdote la renueve. Además, quiero que Satanás de modo alguno pueda causar daño a aquellos que lleven consigo el Escudo, símbolo del Corazón adorable de Jesús”.
Luego el mimo papa Pío IX dictó la siguiente oración:
ABRIDME, OH BUEN JESÚS,
LAS PUERTAS DE VUESTRO SAGRADO CORAZÓN,
UNIDME A EL PARA SIEMPRE.
QUE TODAS LAS RESPIRACIONES
Y PALPITACIONES DE MI POBRE CORAZÓN
AUN CUANDO ESTÉ DURMIENDO,
OS SIRVAN DE TESTIMONIO DE MI AMOR
Y OS DIGAN SIN CESAR: SEÑOR, OS AMO.
RECIBID EL POCO BIEN QUE YO HAGO,
Y DADME VUESTRA SANTA GRACIA
PARA REPARAR TODO EL MAL QUE HE HECHO.
PARA QUE OS AME EN EL TIEMPO
Y OS ALABE POR TODA LA ETERNIDAD. AMÉN.
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN VOS CONFÍO
(repetir tres veces esta última jaculatoria).
Al recitar la jaculatoria del “Detente”, renegamos de las obras del mundo, del demonio y de la carne, al tiempo que es una forma de solicitar la protección de “Aquel que ha amado sin escatimar nada por conseguir el amor de los hombres” (Palabras literales de Nuestro Señor a Santa Margarita María de Alacoque).
¿Qué mejor manera de recordar el Amor del Sagrado Corazón, que llevando sobre nuestro pecho un “Detente”?