Hoy primer viernes de mes, estará el Santísimo Sacramento expuesto desde las 9:30h. de la mañana hasta las 19:30h. Es día de reparación al Sagrado Corazón de Jesús.
Esta devoción haya su fundamento en la tercera revelación principal del Sagrado Corazón a Santa Margarita María de Alacoque cuando le pide que la reciba en el Santo Sacramento, especialmente, los primeros viernes de mes, además de vivir la hora santa del jueves para el viernes, de once a doce de la noche, para “aplacar la cólera divina y pedir misericordia por los pecadores”. Esto era en 1674. Más adelante, en junio de 1675, recibirá la gran revelación “He aquí este Corazón que tanto ha amado a los hombres, y que nada ha escatimado hasta agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y en recompensa no recibe de la mayoría sino ingratitudes”.
Sobre estas revelaciones, vemos la conveniencia de corresponder debidamente al amor con que el Corazón de Jesús nos amó primero. Esa correspondencia es la EXPIACIÓN, complemento obligado del culto al Sagrado Corazón de Jesús. La EXPIACIÓN es como la práctica que sigue a la CONSAGRACIÓN que consiste en la unión con Cristo pues la perfecciona al participar de sus padecimientos y la consuma ofreciendo sacrificios por todos los hombres.
EXPIACIÓN, SATISFACIÓN, o REPARACIÓN serían el deber de tributar al Sagrado Corazón de Jesús aquella satisfacción honesta que llamamos REPARACIÓN y EXPIACIÓN. Así pues, a la CONSAGRACIÓN con que nos ofrecemos a Dios ha de añadirse la EXPIACIÓN que es un ejercicio de extinción de nuestros pecados llevado a cabo con verdadera piedad (pius) e inmolación. Ello produce la REPARACIÓN al Sagrado Corazón, víctima de tantas injurias y pecados, y le deja SATISFECHO, o, mejor aún, en CONSOLACIÓN, puesto que el ánimo que hemos puesto en expiar y reparar ha sido motivado por el amor que le tenemos. EXPIAMOS por nuestros pecados, REPARAMOS por los pecados de los otros, buscando perfeccionar nuestra CONSAGRACIÓN, y dando CONSUELO al Corazón del Hijo de Dios, hecho carne por todos nosotros. El CONSUELO es lo que buscaba el Señor cuando emite esa queja a Santa Margarita en 1675. Si tanto nos quiso, por qué recibe tan poco.