PREPARANDO PENTECOSTÉS 7 – Don de Consejo

by AdminObra

El don de consejo viene a nosotros bajo la forma de una locución divina. Dios nos habla y nos instruye interiormente y no exteriormente, como lo hace la Iglesia.

El don de consejo perfecciona la facultad de gobierno, pues está en el centro de la acción del Espíritu Santo en nuestras almas. Por encima está la contemplación; por debajo, la vida cotidiana; y, en el medio, el consejo deja pasar la luz de la contemplación sobre las normas prácticas desempeñando el mismo papel que la prudencia, aunque en sentido más elevado.

Los consejos nos llegan del Espíritu Santo elaborados, ya madurados. Nos los inspira interiormente y nos los infunde en el corazón. Es indispensable para avanzar en la vida espiritual. No basta con ser dueños de un carácter formado, curtido en la justica y en la templanza: necesitamos de un gobierno general: las circunstancias de la vida se transforman, los planes se alteran; varía nuestro entorno; cambiamos con la edad; progresamos o retrocedemos; hemos de adaptar nuestra capacidad de fortaleza, de justica, de templanza a una materia maleable, difícil de modelar según el arte de los santos. Solos somos incapaces.

Cuando el Espíritu Santo ve debatirse al alma justa le da buenos consejos, unos consejos persuasivos, eficaces y tan insistentes que tiende a hacer realidad los deseos de Dios.