PREPARANDO PENTECOSTÉS 3

by AdminObra

Los dones infundidos en el Bautismo no son propiamente inspiraciones, sino influjos que hacen a nuestras almas sensibles a dichas inspiraciones. Son como las velas de un barco que ‘acogen’ el soplo del viento.

Así, el Espíritu Santo va guiando nuestra vida.

Con respecto a las inspiraciones, podemos comparar los dones con los receptores sin hilos, que permiten recibir mensajes a distancias grandes.

 

La Caridad es el más importante de los dones.

No existirían en un alma en la que no reinara ya esta virtud.

El Espíritu Santo es el director del camino. Nos impulsa desde nuestro interior en el que habita, bien dejándonos actuar, o bien, ante nuestras llamadas, dirigiendo nuestro caminar.

Si somos dóciles al Espíritu Santo, descubriremos las cosas que pueden proporcionarnos ayuda en la vida sobrenatural, esto es, nuevos impulsos hacia la santidad.