Extracto de la Ponencia titulada “Educar: disponer el corazón del hombre al Corazón de Cristo”, impartida por el profesor Don Emilio Boronat Márquez, de la Universidad Abat Oliva – CEU (Barcelona) en el Congreso del Centenario de la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús
“Reducir el fin social de la escuela y de la educación católica a un sentido de solidaridad y de moralidad cívica es una reducción ridícula de las esperanzas de la Iglesia de que Cristo reine de verdad sobre nuestros corazones, sobre los pueblos, sobre todo el género humano, atrayéndolo todo hacia El.
Claro, que todo esto lo han entendido mejor los enemigos de la Iglesia: “No queremos que Este reine”. Cuando dicen esto, ¿qué están diciendo? ¿Qué no vayamos a misa? No. Lo que quieran decir es que no tengamos ninguna pretensión de que nada en la vida social sea impregnando por la ley de Dios y la ley de la caridad, es decir, por reconocer a Cristo como Rey y Señor del universo. Que atendamos necesitados, enfermos… Pero que nada sea referido a Cristo.
Este enfoque, reduccionista, comporta un debilitamiento de la fe. Es la raíz de la secularización de nuestras sociedades post-católica.
El demonio actúa así. Seculariza la conciencia social y política de los católicos moviéndonos a aceptar como buenos proyectos que no son cristianos, difundiendo cierta conciencia de que la Iglesia es una sociedad humana más, en medio de otras sociedades, todas ellas democráticas, menos la Iglesia, claro, que se ha de democratizar”.