Javier Navascués, el 16.08.24 a las 7:11 AM – INFOCATÓLICA
Gema Sáez Rodríguez es Profesora Titular de Baloncesto en el Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid, directora del Grupo de Investigación “Deporte y Hecho Religioso” de la UFV, ex jugadora de baloncesto (campeona de España en dos ocasiones) y madre de familia.
Háblenos brevemente de usted, concretamente de su etapa como jugadora…
Comencé a jugar a los 6 años en el equipo de mi colegio, Nuestra Señora del Buen Consejo de Madrid perteneciente a los Agustinos. Posteriormente jugué en las categorías inferiores del Real Canoe y en equipos como el CB Pozuelo y Canal de Isabel II de 1ª División Nacional femenina. En mi etapa Universitaria, pertenecí a la selección de la Universidad Politécnica de Madrid llegando a ganar en dos ocasiones el Campeonato de España Universitario (2005 y 2007) y participando en Campeonatos de Europa logrando el 4º puesto en Serbia.
¿Por qué decidió dedicarse a la enseñanza?
Desde pequeña sentía admiración por mis profesores ya que, por lo general, les veía como profesionales muy formados que además de enseñar, ayudaban a los alumnos a ser mejores personas. Por otro lado, la educación física siempre ha sido mi pasión y asignatura favorita, lo que hizo que me imaginara en un futuro como docente de dicha disciplina, aunque no me veía en el patio o polideportivo de un colegio. Quería dedicarme a enseñar a los que, en el futuro, serían los profesores de colegio y profesionales del deporte, por lo que descubrí que mi camino y vocación era la docencia universitaria.
Siendo católica y deportista, ¿En qué momento decide investigar sobre la relación entre religión y deporte?
Desde pequeña he vivido la fe y el deporte como algo natural en mi vida, convirtiéndose en dos patas muy importantes en mi formación y crecimiento como persona. Se podría decir que la inquietud por estudiar de forma conjunta la religión y el deporte surge en 2018, cuando el Vaticano publica el documento “Dar lo mejor de uno mismo” sobre la perspectiva cristiana del deporte y la persona humana. Haber vivido esas dos realidades toda mi vida y llevarlas impregnadas en mi forma de ser, trabajar en una universidad católica y dedicarme a la docencia en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, hizo que planteara en la Universidad la creación de un Grupo de Investigación para estudiar y trabajar la relación entre el deporte y la fe, de cara a potenciarla y poder acercarla a los ámbitos en los que suele estar presente: colegios, parroquias, universidades, clubes, etc.
¿Qué trabajo concreto está realizando al respecto?
Desde el Grupo de Investigación “Deporte y Hecho Religioso” de la Universidad Francisco de Vitoria, estamos llevando a cabo un trabajo sobre el impacto del deporte escolar en la formación integral y en la dimensión espiritual de alumnos de 14 a 16 años. Estamos analizando si lo que se realiza en la asignatura de Educación Física y en el deporte extraescolar, se corresponde con la propuesta educativa e ideario de los colegios y si realmente impacta en la formación integral de los alumnos. Una vez tengamos los resultados, se presentarán a la dirección de los centros educativos para hacer un planteamiento de pastoral deportiva adaptado a su identidad y realidad. Se está realizando en colegios del Regnum Christi y de los Agustinos de 3 provincias: Madrid, Sevilla y Valencia.
El trabajo busca determinar si hay relación entre conductas del hombre en el deporte y en su vida teniendo en cuenta su dimensión espiritual / religiosa.
Efectivamente. En esta investigación tratamos de estudiar y analizar qué conductas o situaciones que se dan en el deporte tienen una transferencia a la vida de fe o potencian la dimensión espiritual de la persona. Es importante tomar conciencia de que, si los centros educativos apuestan por una formación integral, todo lo que se haga tiene un impacto en la persona. El deporte y la formación espiritual -que se desarrolla a través de la pastoral en los centros educativos- no deben trabajarse de forma independiente, sino en un diálogo permanente para el crecimiento humano e integral del alumno. No deben ser departamentos ajenos entre sí, sino que deben trabajar de la mano a través de iniciativas conjuntas o complementarias.
¿Qué aspectos del deporte pueden predisponer al joven a la realidad trascendente?
El deporte permite conectar la experiencia -física, mental y psicológica- con la dimensión espiritual de la persona a través de la práctica. Esto se logra en muchas situaciones que el deportista experimenta. Por ejemplo, la disciplina en el deporteconlleva un esfuerzo continuo y superación de límites, lo que se puede ver reflejado en una superación personal y crecimiento interior, en el que el deportista aprende a trascender sus propias debilidades y desafíos, llevándole a buscar algo más allá de lo inmediato y material. El sentido de comunidad y pertenencia al participar en deportes de equipo permite desarrollar una búsqueda más profunda de conexión, en el que se unen personas con un propósito común. El deporte es un magnífico elemento de cohesión social y este sentido de pertenencia puede abrir la puerta a experiencias de unidad y comunión que se dan en la Iglesia.
La experiencia de la belleza en algunos deportes, como la belleza del movimiento y la armonía del equipo, puede inspirar una apreciación estética que va más allá de lo físico. Este sentido de belleza y armonía puede ayudar a una mejor apreciación de la belleza en la vida despertando una sensibilidad hacia lo trascendente. El compromiso también está presente en el deporte y tiene una trasferencia hacia la vida de fe. Todo deportista tiene un compromiso consigo mismo, con su equipo, con su entrenador y, con una visión más profunda, con el propio deporte bien sea en los entrenamientos, competiciones, concentraciones, etc. Esto permite hacer una transferencia al compromiso que los cristianos tenemos con la Iglesia, nuestra parroquia, movimiento cristiano y, por supuesto, con Dios. Por último, la identificación de los dones propios permite al deportista tomar conciencia de lo que le ha sido dado para el deporte y dar gracias a Dios por la posibilidad de ponerlo en juego al servicio del equipo y de la mera práctica deportiva.
¿Considera que la Iglesia trabaja lo suficiente la virtud de la eutrapelia, como hicieron santos como San Juan Bosco?
La Iglesia reconoce la importancia de la eutrapelia -la virtud que modera el exceso de diversión o entretenimiento – y, por eso, se están llevando a cabo iniciativas para destacarla a través de la pastoral, especialmente en una sociedad donde el ocio a menudo se desvirtúa. San Juan Bosco comprendió bien esta necesidad al integrar el juego y la alegría en la formación de los jóvenes y así se refleja en toda la práctica deportiva que promueven las instituciones salesianas. Siguiendo su ejemplo, es fundamental que la Iglesia promueva actividades recreativas que fomenten el crecimiento integral de la persona, entre las que se encuentra el deporte. Respecto a esto, cabe destacar que en 2021 se creó el Departamento de Pastoral del Deporte de la Conferencia Episcopal Española, con el que colaboro en algunas iniciativas, por lo que se demuestra que hay una apuesta por este tipo de actividades pastorales.
El Papa Benedicto XVI señaló que “el cristianismo no es una mera moral, sino un encuentro con la belleza y el gozo de vivir” resaltando la importancia de la verdadera alegría cristiana, recordándonos que “Dios es la felicidad” y que en Él encontramos el equilibrio necesario entre el deber y el descanso. Por tanto, es importante que la Iglesia profundice en actividades que promuevan la enseñanza de la eutrapelia, recordando que la alegría cristiana es un testimonio vivo del Evangelio y que el deporte es un magnifico medio para poder mostrar la alegría cristiana a través del ejemplo de vida de los deportistas como medio de evangelización.
Por Javier Navascués