LA ESTOLA
Cuelga en derredor del cuello. Representa el poder espiritual y la dignidad del sacerdote.
La estola se llamaba durante los ocho primeros siglos ‘orarium’; era un lienzo largo, fino, de que se servían las personas acomodadas y ricas para enjugarse el rostro.
Usaban este lienzo los que se fatigaban en hablar en público (orate, oratio, discurso), y por eso se llevan aún por el obispo, por el sacerdote y por el diácono, y no por los ministros menores que no tienen potestad para anunciar la palabra de Dios.
Pero fue conservado con tanta curiosidad que nadie osaba servirse de él, y vemos en muchas pinturas que desde el siglo VI en la Iglesia griega y en la latina fue hecho de seda en forma de larga y estrecha banderola, que es como se usa en el día.
Acaso se llamó al ‘orarium stola’, nombre que significaba comúnmente túnica talar, porque se tomó por un resto, es decir, por la guarnición o franja de una larga túnica abierta por delante, cuando solo representaba un largo pañuelo pendiente del cuello.
La Iglesia lo ha mirado como un traje de honor y de autoridad espiritual.
La oración al respecto es clara.
| Ad Stolam:
Redde mihi, Domine, stolam immortalitatis, quam perdidi in praevaricatione primi parentis; et, quamvis indignus accedo ad tuum sacrum mysterium, merear tamen gaudium sempiternum. |
Estola:
Devuélveme, Señor, la túnica de la inmortalidad, que perdí por el pecado de los primeros padres; y, aunque me acerco a tus sagrados misterios indignamente, haz que merezca, no obstante, el gozo eterno. |