Nuestra fe en el cine: La ley del silencio

by AdminObra

Hoy recomendamos, en la línea de propuestas de nuestro amigo el páter José María Chaves, la película “La ley del silencio” (On the waterfront, 1954) que dirigió Elia Kazan.

Película que, aunque la hayamos visto varias veces, se mantiene en nuestra retina tal como la recordamos después de su visionado en la primera vez. Sin ser cinéfilos, y mucho menos en aquellas edades, nos iba quedando grabada la fotografía en blanco y negro de la misma; los ambientes portuarios y de estiba; los matones del sindicato; las interpretaciones desgarradas; el palomar en la azotea; …

Íbamos grabando en nuestra mente rostros y nombres con una fuerza interpretativa colosal. Y muchos ya unidos en esta película: Marlon Brando; Karl Malden (y su nariz de bonachón); Lee J. Cobb (el gánster); Rod Steiger; Eve Marie Saint… y la música de Leonard Bernstein.

Qué nos puede aportar desde un ámbito de fe como el nuestro. La figura del Padre Barry, interpretado por Karl Malden, cercano a los estibadores amedrentados por los matones de Johnny Friendly (Lee J. Cobb), basado en el sacerdote jesuita John M. Corrida (1911-1984), que, en su día, ante la ausencia de un sindicato que ejerciese como tal, se puso al frente de la defensa legítima de los estibadores. En su momento, fue conocido como “el cura de los muelles”. Y su teología quedó recogida en el memorable sermón de Karl Malden en la bodega de aquel mercante en el que asiste a un asesinado por el sindicato ya al comienzo del film.

Son los años en los que está sobreabundando el acopio de textos de la Doctrina Social de la Iglesia, la cual, en un espacio brevísimo de tiempo, ofreció al mundo una doctrina sin par ante la cuestión social, laboral, económica según la dignidad del ser humano que habría de vivir su vocación al trabajo a través de las corporaciones locales y profesionales, contando que el Estado fuese arbitro que impidiese las arbitrariedades de los egoísmos individuales o colectivos. Palabras que había expresado el Papa Pío XII en uno de sus numerosos radiomensajes.

Película que nos motivará para conocer la DSI y luchar por aplicarla según la enseñanza tradicional de la Iglesia; película que nos motivará para adquirir fuerzas y romper con los lazos, aunque sean de sangre, corrompidos por culpa del poder y del afán de dinero.