NOOSFERA – 26

by AdminObra

Este concepto nace en los años 20, en la Unión Soviética. Se afirmaba que la inteligencia humana causaba un impacto en la geosfera. En tanto que somos seres vivos somos parte de la biosfera, pero nuestras acciones y sus consecuencias distan mucho de las de otros organismos.

El término se refiere al conjunto de acciones y procesos desarrollados por el intelecto humano, algo así como la “esfera del raciocinio” o “esfera de la mente” o “capa mental de la Tierra”.

Según esta perspectiva, la emergencia del pensamiento transforma la biosfera de la vida biológica y el lugar de la transformación de la energía cósmica en la Tierra –hacia su próxima fase del desarrollo: la noosfera.

Existe una etapa de transición entre la biosfera y la noosfera que se denomina, en este pensamiento, “tecnosfera”.

Sus defensores dicen que la conciencia humana constituía en sí una misión universal dentro del orden de la naturaleza y tenía el papel de transformar el cosmos para tornarlo “autoconsciente”. Se trataría de dotar de dirección y razón el curso de la naturaleza, que es ciega y azarosa.

La conciencia humana debería “penetrar” la biología para darle visión, dirección, guía. El ser humano debe tomar conciencia de sí para que los seres humanos vean con claridad que hay que tomar las riendas de la evolución biológica. Éste es el paradigma defendido actualmente por el transhumanismo.

 

Desde la visión cristiana, sabemos que no somos fruto de la casualidad, ni del sin-sentido.

Cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario. Somos fruto de un “pensamiento”, del “Logos”.