- Mons. Julián Barrio: “en este primer día del año recordamos a la Madre de Dios, pidiéndole que acoja todos nuestros deseos de paz y felicidad para cada uno de nosotros, para nuestras familias, para el mundo entero”.
- El arzobispo compostelano destacó las líneas fundamentales del mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz.
A falta de la Eucaristía en la festividad de la Epifanía del Señor, el próximo día 6 de enero, el arzobispo de Santiago ha completado en este tiempo de Navidad una densa agenda de actos litúrgicos y pastorales. El último se celebró en la mañana del 1 de enero en la Catedral compostelana, la primera Misa del año, en la solemnidad de María, Madre de Dios. El día coincide con la Jornada Mundial de la Paz.
Mons. Barrio comenzó su homilía recordando que “seguimos celebrando el Año Santo Compostelano, tiempo providencial para cultivar la memoria penitencial y afrontar el futuro lleno de esperanzas y también de incertidumbre” y pidiéndole a la Madre de Dios que en el primer día del año acogiese los deseos de paz y felicidad.
En su exhortación, el prelado compostelano, destacó las líneas fundamentales del mensaje del Papa Francisco para esta Jornada Mundial de la Paz recordando que “es tanto un don de lo alto como el fruto de un compromiso compartido “proponiendo tres caminos para lograrlo: “el diálogo entre las generaciones, la educación como factor de libertad, responsabilidad y desarrollo, y el trabajo para una plena realización de la dignidad humana”.
Mons. Barrio terminó la homilía con estas palabras: “Que María, Madre del Príncipe de la paz y Madre de todos los pueblos de la tierra, nos acompañe y nos sostenga en el camino de la reconciliación, paso a paso. Y que cada persona que venga a este mundo pueda conocer una existencia de paz y desarrollar plenamente la promesa de amor y vida que lleva consigo”. Es momento de recomenzar. ¡Feliz Año Nuevo!”
Este año se celebra la 55º Jornada Mundial de La Paz. Fue el Papa Pablo VI quien promovió por primera vez la Jornada Mundial por la Paz para orar por la paz y para renovar el compromiso cristiano por construir un mundo mejor y “dedicar a los pensamientos y a los propósitos de la Paz, una celebración particular el primer día del año civil”.
El propio obispo de Roma dio inicio en 1968 a la tradición del mensaje que aborda el tema escogido cada año con motivo de este día, y que se da a conocer unos días antes de la celebración. Con esta Jornada la Iglesia busca aportar su grano de arena en la construcción de la paz en un mundo que sufre conflictos bélicos, vulneración de derechos humanos y escenarios de violencia.