Empezamos con este pasaje de Isaías lo que se conoce como el Tritoisaías que, en general, hace referencia a la nueva etapa gloriosa que empieza para el pueblo judío a la vuelta del exilio caldeo.
Dios exhorta a guardar el “derecho”, a cumplir su Ley. La razón es que pronto va a venir su Salvación. ¡Cuánta esperanza da escuchar esto! Dios presenta su regreso como nuestra salvación. Pero debe encontrarnos guardando su Ley. Y las fiestas de guardar. Dios pide a los judíos que guarden el sábado. A nosotros nos pide que dejemos que nos santifique el domingo. Y no lo hacemos. Santificar el domingo nos hará éticos. Hay quien piensa que no es así. Craso error.
La invitación a la rectitud es clara. Vivir según la recta que nos señala Dios hará que muchos deseen formar parte de su pueblo santo. Dios acogerá a todos.
En el Evangelio vemos que Nuestro Señor sigue valorizando el papel y mensaje de Juan. Es admirable.
Ciertamente, Nuestro Señor depende de sus obras. Y no del testimonio de Juan. Cierto. Las obras de Jesucristo son obras de Dios. Deberíamos aceptarlo. Pero Juan es importante. Y Juan nos facilita aceptar las obras del Ungido de Dios.
A nosotros nos enseña a actuar según el querer de Dios. Este pasaje nos enseña a actuar según Dios, lo cual nos dará una enorme libertad interior.
Pidamos a Dios que nos ayude a actuar según su voluntad. Con gran libertad interior. La propia de los hijos de Dios.