“Laetare” es la denominación del cuarto domingo de Cuaresma. Se pueden usar ornamentos rosados. Ya hemos cruzado el ecuador de la Cuaresma, empezamos a vislumbrar la luz Pascual.
Significa, o descubrimos en este nombre, una invitación profunda a la “alegría” pascual.
Este nombre lo recibe de la antífona de entrada de la misa de ese día, y que dice así: “Laetare, Ierusalem, et conventum facite omnes qui diligetes eam, gaudete cum laetitia, qui in tristitia fuistis; ut exultetis, et satiemini ab uberibus consolationis vestrae”, esto es, “¡Festejad a Jerusalén, gozad con ella todos lo que la amáis, alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto; mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos!”.
Expresión tomada de Is 34.
El color rosado indica, cómo no, esa alegría que se descubre en el horizonte, pero es un “ya, pero todavía no”, lo cual viene a significar un tomar un reposo en la travesía espiritual que como cristianos estamos haciendo, pero para retomar con mayor énfasis las penitencias aconsejadas.