Ante estas dos conocidísimas lecturas de este día de Pasión, la “casta Susana” o el “juicio de Susana”, y el pasaje evangélico de “La mujer adúltera”, nos encontramos, para que los interpretemos correctamente en estos días previos a las conmemoraciones de nuestra Redención, con el tema de la falsa acusación.
Lo que le pasa a Susana, inocente, y casta, y vilipendiada por dos “envejecidos en días y en crímenes” (Dn 13, 52), que se ve indefensa, y sin testimonio alguno que la ampare ante la malicia de esos dos ancianos pervertidos, nos sitúa en los momentos de absoluta indefensión de Nuestro Señor ante el Sinedrio y Caifás. Nadie asiste en su favor. Todo son complots para condenarlo. Soledad. ¡Qué situación! Sabiéndote inocente, y no poder explicarte. Dios siempre nos lleva al límite. La diferencia es que Jesús sabe por lo que pasa, y sabe que ha de pasar por esa situación dolorosa, pues tiene valor de Redención.
La falsa acusación, y la indefensión, la mentira como “arte”. Que los buenos crean al mentiroso.
La mujer adúltera es, eso, adúltera. En este caso hay una, parece, situación cierta. Una adúltera sorprendida en adulterio. No se ahorra gravedad al asunto.
El pasaje puede admitir diversas consideraciones. Una que se nos ocurre es que se le haya tenido una trampa a esa mujer y que, efectivamente, cometiese el pecado grave del adulterio. ¿Por qué se establece esa trampa? Para atacar a Jesús. Jesús les descubre que ellos han urdido esa trama falsa para condenarlo (antes de tiempo). Se ven reconocidos. Aguardarán a otra ocasión.
El cristiano ha de saber que se expone a todas estas trampas basadas en la mentira y que se ha de ver solo y llevado al límite de la resistencia personal. Dios asiste a los suyos. Son situaciones que concede a sus mejores. Son situaciones que no se superan sin la asistencia del Espíritu Santo. Son situaciones que nos deberían hacer renegar de cualquier comportamiento que suponga linchar a nadie alguna vez. Son muchas las consecuencias que se pueden sacar de las lecturas sagradas de este día cuaresmal y pasional.