LOS ‘EUDITAS’

by AdminObra

Forman parte de los Oratorios y otros Institutos de clérigos que surgen a raíz del Concilio de Trento que, sin ser propiamente congregaciones religiosas, constituyen estados de perfección y trabajan asimismo con gran intensidad y eficacia la renovación católica.

Entre estas instituciones destacaron los “Oratorios de San Felipe Neri”, en Italia; el “Oratorio” de Pedro de Bérulle, en Francia; los “Lazaristas” o “Sacerdotes de la Misión” o “Paúles”, y otras similares.

Los “Euditas”, así llamados por su fundador San Juan Eudes (+1680) se llaman oficialmente “Sacerdotes Misioneros de Jesús y María” y fueron fundados en Caen, en 1643.

Juan Eudes entró primero en el Oratorio de Pedro de Bérulle.

Recibida la ordenación sacerdotal, se entregó de lleno a la vida de apostolado, al servicio de los enfermos y, sobre todo, a las misiones populares.

Por entonces, llegó a la misma convicción de J. J. Olier, célebre escritor y asceta francés (+1657) que fundó la “Sociedad de San Sulpicio” para la dirección de los seminarios, que era necesaria la formación de buenos sacerdotes, pues todavía existían pocos seminarios tridentinos.

Movido, pues, por esta idea, se decidió a trabajar por su realización.

El mismo Richelieu lo alentó a esta obra, y así, con su ayuda y en unión con el presbítero Prefixé, organizó el seminario de Caen.

Para disponer de gente apta y bien formada para la dirección de estos seminarios, sintió la necesidad de organizar una sociedad sacerdotal dedicada a ese ministerio.

Así, pues, salió entonces el Oratorio, y el 25 de marzo de 1643 dio principio en Caen a la vida común con otros sacerdotes.

Tal fue el principio de los Sacerdotes Misioneros de Jesús y María, los cuales, en unión de los Sulpicianos, realizaron una obra fundamental en la renovación cristiana por medio de la fundación y dirección de los seminarios.

Su aprobación la recibió primero en 1644 del obispo de Bayeux.

San Juan Eudes compuso para ellos los estatutos especiales, que fueron aprobados en 1674 por Inocencio X.

Después de su muerte, ocurrida en 1680, siguió desarrollándose prósperamente su obra.

Ha sido de gran importancia la obra realizada por San Juan Eudes por la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.