OCTAVA LECCIÓN: “PARA LA VIDA DEL MUNDO”
Algunos piensan que la doctrina del Apostolado de la Oración es un “angelismo” al margen de los problemas reales del mundo. Veamos.
- Qué saco yo del Apostolado de la Oración, puedo preguntarme. Pues el de ser cristiano y actuar como cristiano; la actividad redentora de Cristo se manifestará en mí y a través de mí, ¡y sacarán provecho los demás! Yo sacaré algo, o mucho, en la medida en que aporte algo o mucho a la vida de todos los miembros de la Iglesia.
- ¿Se arreglarían los males del mundo? Un cristiano que vive profundamente lo que es el Apostolado de la Oración, en su ofrecimiento diario entregará todo el día para reparar el pecado y para que Jesucristo reine; y éste “venga a nosotros tu Reino” no es un deseo pasivo para formularlo y luego cruzarse de brazos, sino que desemboca en la siguiente petición “hágase Tu Voluntad”. En otras palabras: el socio del Apostolado de la Oración se ofrece por la extensión del Reino de Cristo.
- De tanto quejarnos, nos olvidamos de que el mundo está enfermo; el mundo necesita ser salvado, curado de la enfermedad del egoísmo, de la violencia, de las injusticias sociales, del libertinaje, de la falta de respeto a la vida humana y a los bienes ajenos. Nuestra sociedad, enferma por prescindir de Dios, necesita un Salvador. Ahora bien, sólo Jesucristo merece ese nombre.
Pero resulta que Jesucristo me necesita a mí como pequeño “redentor”; ha querido necesitarme a mí para curar tantas heridas físicas y morales. Me necesita a mí, que soy comerciante, militar, político, labrador, marinero…
El Apostolado de la Oración es una palanca fuerte para aportar bien a los hombres: nos hace valorar la entrega redentora, y ésta nos lanzará a la acción. El amor a Jesucristo nos hará desarrollar nuestros “talentos”, y emplearlos para crear una sociedad más humana y más cristiana. Iremos impregnando las realidades temporales del Espíritu del Evangelio.
- ¿Qué actividades apostólicas son las específicas del Apostolado de la Oración? Propiamente, la palabra “apostolado” en el nombre de nuestra asociación puede confundir un poco; porque es un apostolado “desde dentro”, cuya eficacia muchas veces no puede medirse con números. No es hacer apostolado, es ser apóstol. Unidos a Jesús. No se trata de hacer esto o aquello. Se trata de hacer lo que se hace, hacer todo lo que Dios nos pida, pero hacerlo como lo haría Cristo aquí y ahora con corazón redentor y por los mismos motivos que los que haría El: por la vida del mundo.
Algunas citas bíblicas para considerar: Mt 9, 35-38; Mt 25, 14-30