Una característica muy antigua de estos días de preparación próxima es la de las “Antífonas de la O”, que se llaman así porque todas comienzan en latín con la exclamación “O”, en castellano “Oh”.
También se llaman “antífonas mayores”.
Fueron compuestas en los siglos VII- VIII, y se puede decir que son un compendio de la Cristología más antigua de la Iglesia, y un resumen de los deseos de salvación de toda la humanidad.
Son breves oraciones dirigidas a JESUCRISTO, que condensan el espíritu de Adviento y de Navidad.
La admiración de la Iglesia ante el Misterio de un Dios hecho hombre: ¡Oh! La comprensión de su Misterio. Y la súplica: ¡Ven!
Cada antífona empieza por una exclamación, como ya dijimos, seguida de un título mesiánico tomado del AT, pero que ahora entendemos a la luz del NT. Es una aclamación a Jesús, el Mesías, reconociendo todo lo que representa para nosotros.
O Sapientia
O Adonai
O Radix
O Clavis
O Oriens
O Rex
O Emmanuel
Leídas en sentido inverso las iniciales: E – R – O – C – R – A – S, surge el acróstico ERO CRAS, que significa en latín “seré mañana”, que vendría a transmitir “vengo pronto”.