LA VETUS, LA VULGATA, Y LA NEO-VULGATA

by AdminObra

La historia del texto del NT se ha interesado especialmente por dos versiones latinas: la Vetus latina, y la Vulgata.

  1. LA VETUS LATINA: a finales del siglo I, la Iglesia sintió la necesidad de una versión latina para el pueblo que entendía muy poco o nada la lengua griega, especialmente en el norte de Italia, en África, en las Galias, y en España.

Ya en 180, las “Actas de los mártires” en África atestigua que uno de esos hombres del pueblo, que ignoraba el griego, poseía “los libros utilizados por nosotros y las cartas de Pablo”.

Tertuliano, hacia el 200, alude en sus escritos a traducciones de la Biblia.

San Cipriano, a mediados del siglo III, cita la Biblia siempre en latín: evidentemente transcribe de una traducción fijada ya en uso.

Novaciano, en Roma, también a mediados del siglo III, también usa una versión en latín, pero era distinta a la que usaba San Cipriano. ¿Habría dos versiones en latín, una en Roma, y otra en África? La usada por Novaciano fue considerada superior a las otras versiones, y San Agustín la llamaba la “Itala”.

Se plantea el problema de si se trataba de traducciones independientes, o una recesión italiana (Roma) de la traducción difundida en África. Se plantea…

De ahí que se prefiera para la antigua Biblia latina la expresión VETUS LATINA, es decir, la ANTIGUA LATINA.

Viene siendo, pues la traducción anterior a la VULGATA, por eso también se la llamará “versión prejeronimiana”.

Los traductores se sirvieron para elaborarla de la versión de los LXX (para el AT evidentemente, que fue la Biblia usada por los judíos que vivían fuera de Palestina y que estaba traducida al griego desde el hebreo), y para el NT de un texto de la “familia occidental”

  1. LA VULGATA: la versión latina Vulgata, esto es, “divulgada, difundida” entre el pueblo, realizada por SAN JERÓNIMO a finales del siglo IV por mandato del Papa San Dámaso, que quiso que se realizase un trabajo de revisión y corrección de las versiones latinas en uso para hacer frente a la confusión que existía entre los códices en latín. Se basa para el AT (los libros protocanónicos, es decir, los que nunca se dudó que fueran inspirados; los deuterocanónicos son los recibieron dudas de que fuesen inspirados en algún momento, pues se habían escrito en griego, y que se aceptarían en el Canon en un momento posterior) sobre el texto hebreo. En cuanto al NT, se limitó San Jerónimo a revisar la antigua versión latina sobre la base de algunos códices griegos.

Durante varios siglos la VETUS, y al VULGATA lucharon entre sí hasta que a partir de los siglos VIII-XI se impuso la VULGATA.

Durante siglos la historia del texto de la VULGATA estuvo unido a la historia de la teología, de la liturgia, y de la espiritualidad de la Iglesia en Occidente. En 1546, el Concilio de Trento la declaró “auténtica”, esto es, la que debe usarse como texto normativo de referencia con preferencia sobre las demás versiones latinas, aunque sin excluir el recurso a los textos originales.

  1. LA NEO-VULGATA: una obra diferente, que, sin embargo, puede ser considerada como una puesta al día de la VULGATA, es la NEOVULGATA. Esta versión nació por un deseo de Pablo VI, que instituyó la Comisión Pontificia para la Neo-Vulgata en 1965. Su finalidad era dotar a la Iglesia de una edición latina de la Biblia que, conservando sustancialmente la versión de San Jerónimo, la corrigiese en los puntos en que se separaba de los textos originales, utilizando los progresos de las ciencias bíblicas. La edición debía usar el lenguaje de la “latinitas bíblica” cristiana. Su uso debía extenderse a la liturgia en primer lugar, que tendría así un texto unitario y coherente con la Tradición, con la hermenéutica y con el lenguaje cristiano. Debía servir, además, como base segura para los estudios bíblicos, especialmente donde no existiese la posibilidad de disponer de bibliotecas más especializadas.

Fue promulgada por Juan Pablo II.

Desde el punto de vista científico, la edición fue realizada teniendo en cuenta las mejores ediciones críticas existentes del AT y del NT.