CONTINUAMOS…
Es un hecho que el dato de la Resurrección lo conocemos por el testimonio de los “videntes”.
Ahora bien, su valor se confirma por las dos pruebas anteriores: el ANUNCIO DE LOS ÁNGELES, y el SEPULCRO VACÍO.
Además, ese testimonio no se fundamenta sólo en la veracidad de los que lo atestiguan, sino de la CONVICCIÓN con que lo proclaman (¡JESÚS VIVE!); de las CIRCUNSTANCIAS que concurren y de los EFECTOS que se siguen.
Por ello, los testimonios son reiterados y se repiten con las fórmulas más dispares por las primeras comunidades cristianas.
He aquí un elenco de citas:
- “Ha resucitado”, (1Tes 4, 14);
- “Dios lo ha resucitado”, (Hch 2, 32.34; Rom 4, 25; 10, 9; 1Cor 15, 15; Ef 1, 20; Col 2, 12);
- “Exaltado a la derecha del Padre”, (Hch 2, 33; 5, 31; Flp 2, 9).
Es fácil concluir que ante tantos y tales hechos se trata NO DE UN MITO, SINO MÁS BIEN DEL MÁS CONVINCENTE LOGOS: EXPRESA E INTERPRETA UNA AUTÉNTICA REALIDAD