La Resurrección es el argumento MÁXIMO de su condición de Mesías (Mt 12, 38-40; 16, 4).
A esta prueba aluden reiteradamente los Apóstoles, que arguyen de este modo: Jesús murió, pues todos sois testigos; Jesús resucitó, nosotros lo testificamos (Hch 2, 31-33; 3, 15).
En efecto, la Resurrección de Jesús es el argumento máximo de su divinidad, al que la apologética de todos los tiempos acude para mostrar que Jesús es Dios y que sus enseñanzas son verdaderas.
Ahora bien, la Resurrección de Cristo no es sólo un argumento para la defensa de su Persona, ni siquiera para mostrar el carácter divino de la Iglesia, sino que es el dato máximo para esclarecer la Cristología, al tiempo que encierra grandes verdades para la vida cristiana.
Para la Cristología, la Resurrección es un dato decisivo, dado que, si Cristo no hubiese resucitado, este tratado no existiría.
Mañana veremos la CONSECUENCIAS PARA LA VIDA CRISTIANA, LA RESURRECCIÓN DE JESÚS ES DE EXCEPCIONAL IMPORTANCIA.