Tal como se repite de continuo, en la vida histórica de Jesús de Nazaret su muerte violenta no tuvo la última palabra, ni la Cruz cabe entenderla sin el sepulcro vacío, ni la soledad del Salmo 22 marca el final, porque la increpación del ángel “¿A qué buscáis al vivo entre los muertos?” (Lc 22, 5), permitió que la alegría de la Pascua hiciese olvidar los lutos de Viernes Santo.
La verdadera biografía de Jesús, ciertamente, empieza en Belén, cuenta con la Pasión y Muerte del Viernes Santo, pero finaliza en Jerusalén con la Pascua y culmina en el “monte que les había indicado” (Mt 28, 16) con su gloriosa Ascensión al Padre.
- LA NARRACIÓN EVANGÉLICA DEL HECHO DE LA RESURRECCIÓN
La Resurrección está narrada con cierto detalle en los Evangelios, pero es comúnmente reconocido que no es posible armonizar esas cuatro narraciones que nos han transmitido sus autores, los evangelistas.
Los desacuerdos entre los distintos relatos son evidentes. Los cuatro Evangelios comunican la noticia dada por los ángeles, pero San Mateo y San Marcos hablan de sólo un ángel (Mt 28, 2; Mc 16, 5), mientras que San Lucas y San Juan mencionan dos (Lc 24, 4; Jn 20, 12).
También los cuatro hablan de la Aparición de Jesús a las mujeres, pero San Mateo relata que eran dos mujeres (Mt 28, 1), San Marcos y San Lucas hablan de tres (Mc 15, 40; Lc 24, 1-3) y San Juan menciona sólo a María Magdalena (Jn 20, 1).
Seguiremos…