LA NOVENA DE LA INMACULADA

by AdminObra

Los “scotistas” colocaron juntamente la preservación del pecado y de la concupiscencia (fomes peccati).

Exactamente, María fue preservada de toda mancha de pecado, lo que conlleva la inmunidad de la concupiscencia. Así, el CVII afirmará que la Virgen María abrazó la voluntad divina de salvación con todo el corazón y sin impedimento de ningún pecado.

La concupiscencia, ya lo hemos dicho, NO es pecado. Pero, en cuanto constituye un desorden en las inclinaciones, no corresponde al ideal moral. Se trata de la consecuencia del pecado que más hiere la situación del hombre ante Dios. Las otras consecuencias del Pecado Original, en cambio, el sufrimiento y la muerte, NO implican ningún desorden moral.