La fe es el primer paso para la unión con Jesucristo. Con nuestro entendimiento conoceremos y damos por cierta la revelación de que El es Dios, nuestro bien supremo y nuestro destino final. Jesús nos señala los motivos de esa unión con El por medio de la fe. El mismo ha afirmado que es Dios, que obra milagros y que debemos acercarnos a El con fe si queremos dar frutos para la vida eterna.
Llamamos a la Eucaristía “misterio de fe”. Un misterio es algo que creemos cierto, aunque no lo podamos entender del todo, y quizá incluso tengamos que aceptarlo fiándonos de la palabra del otro. La naturaleza está llena de misterios como el calor, la luz y la electricidad.
Jesús quiere que creamos firmemente en su presencia en la Sagrada Eucaristía para que así nuestra fe inconmovible merezca una recompensa.
No hay otro acto de fe en el que ésta se pueda ejercer con más firmeza que en la Eucaristía. No existe un homenaje de la fe más sublime que creer en Cristo cuya divinidad y cuya humanidad permanecen ocultas bajo la apariencia de la Hostia.