Hoy, 9 de julio, la Iglesia celebra a:

by AdminObra
  1. Beata JUANA SCOPELLI, virgen. Emilia-Romaña. Carmelita. Con los donativos de sus conciudadanos fundó un monasterio y con la oración consiguió proporcionar pan a sus hermanas de refectorio. (1491).
  2. Beato ADRIANO FORTESCUE, mártir. Londres. Padre de familia y caballero, que, acusado calumniosamente de traición al rey, fue encarcelado dos veces. Finalmente, fue decapitado. (1539).
  3. San NICOLÁS PIECK y sus COMPAÑEROS, mártires. Río Mosa, Holanda. Franciscanos y diocesanos. Todos defendieron la presencia real de Cristo en la Eucaristía y la autoridad de la Iglesia Romana, fueron sometidos por los calvinistas a toda clase de escarnios y tormentos, concluyendo al final su martirio con la horca. (1572).
  4. Santos AGUSTÍN ZHAO RONG, presbítero, PEDRO SANS I JORDÁ, obispo, y COMPAÑEROS; mártires. China. En distintos tiempos fueron testigos fuertes del Evangelio con sus palabras y obras, y caídos víctimas de persecución por haber predicado y confesado la fe, merecieron la Gloria. (ss. XVII/XVIII).
  5. Santa VERÓNICA GIULIANI, abadesa. Umbría, Italia. Clarisa. Dotada de singulares carismas, participó corporalmente y espiritualmente de la Pasión de Cristo, y por esto fue puesta bajo custodia por cincuenta días, durante los cuales dio siempre pruebas de paciencia y obediencia. (1685).
  6. Beatas MELANIA MARIANA, MAGDALENA de GUILHERMIER y MARIANA MARGARITA de los ÁNGELES de ROCHER, vírgenes y mártires. Orange, Francia. Ursulinas. Decapitadas durante la Revolución Francesa. (1794).
  7. San JOAQUÍN HE KAIZHI, catequista y mártir. Guiyang, China. Estrangulado por su fe en Cristo. (1839).
  8. Santos GREGORIO GRASSI y FRANCISCO FOGOLLA, obispos y mártires, y otros VEINTICUATRO COMPAÑEROS, mártires. Shanxi, China. Asesinados por odio al cristianismo durante la persecución llevada a cabo por los secuaces de Yihetuan. (1900).
  9. Beata PAULINA del CORAZÓN de JESÚS AGONIZANTE VISINTAINER, virgen. San Paulo. Habiendo venido desde Italia a Brasil, de niña, tras abrazar la vida religiosa fundó la Congregación de Hermanitas de la Inmaculada Concepción, para atender a enfermos pobres, a los que sirvió con gran humildad y en asidua oración, soportando muchos trabajos y penalidades. (1942).
  10. Beato FIDEL CHIJNACKI, religioso y mártir. Dachau, Munich. Capuchino. Deportado de Polonia, su patria, al Campo de Concentración, fue martirizado horriblemente. (1942).
  11. Beata MARÍA de JESÚS CRUCIFICADO PETKOVIC, virgen. Roma. Habiendo nacido en Croacia, se dedicó fervientemente a la oración y a las obras de caridad, y fundó la Congregación de Hermanas Hijas de la Misericordia, agregada a la Tercera Orden Regular de San Francisco, al servicio de enfermos y marginados. (1966).

Hoy recordamos especialmente a la Beata MARÍA de JESÚS CRUCIFICADO PETKOVI

Nació en Blato, en la isla de Korkula (Croacia). Desde muy joven al ver el sufrimiento, el hambre y la penuria de la gente, decidió esforzarse por los pobres. En 1906, se asoció a las Hijas de María, de la que llegó a ser presidenta. Leyendo las palabras del «Joven rico» sintió la vocación religiosa. Formó parte de la Tercera Orden Secular de San Francisco.

Impulsada por un vivo deseo de ayudar a los necesitados, y siguiendo las orientaciones del obispo de Dubrovnik, en 1919 fundó la Congregación Franciscana Hijas de la Misericordia, para «la educación e instrucción de la juventud femenina». En 1956 la Congregación llegó a ser de derecho pontificio y fueron aprobadas sus constituciones. Trató de transmitir a todas sus hijas a «seguir a Cristo, escuchar a Cristo, humillarse en Cristo, sufrir silenciosamente en Cristo, arder en Cristo, perdonar en Cristo, amar en Cristo, sacrificarse en Cristo… porque no hay verdadero amor sin sacrificios y sufrimientos por la persona amada. Cristo con la cruz y el sufrimiento ha salvado al mundo entero».

La madre Petkovic estuvo siempre entregada a los pobres, marginados y despreciados, porque reconocía en ellos el rostro de Jesús doliente. Su vida se puede resumir en dos palabras: «Oración y apostolado». La fama de santidad, de la que gozó durante su vida, se confirmó también después de su muerte acaecida en Roma.