Hoy, 7 de octubre, la Iglesia celebra a:

by AdminObra
  1. San MARCELO, mártir. Capua. (s. III).
  2. Santa JUSTINA, virgen y mártir. Padua. (s. III).
  3. Santos SERGIO y BACO, mártires. Betsaloe, Siria. (s. III).
  4. San MARCOS, papa. Roma. Fundó el título “in Pallacinis”, y edificó una basílica en el cementerio Balbina. (336).
  5. San AUGUSTO, presbítero y abad. Bourges, Aquitania. Una enfermedad le tenía las manos y pies anquilosados, de manera que se apoyaba sobre las rodillas y codos, y que fue milagrosamente curado por intercesión de San Martín. Reunió a muchos monjes y se dedicó a la plegaria continua. (560).
  6. San PALADIO, obispo. Saintes, Aquitania. Erigió una basílica sobre el sepulcro de San Eutropio y fomentó el culto de los santos en su ciudad episcopal. (596).
  7. San MARTÍN CID, abad. Reino de León. Fundó el cenobio de Bellafuente y lo agregó a la Orden Cisterciense. (1152).
  8. Beato JUAN HUNOT, presbítero y mártir. Rochefort. Encarcelado en un barco donde fue fiel a Dios hasta la muerte. (1794).

Zamora, c. 1090 – Monasterio de Valparaíso (Zamora), 7.X.1152. Sacerdote secular, eremita, cisterciense (OCist.), fundador del monasterio de Valparaíso.

Parece que descendía de una familia acomodada, que tenía importantes posesiones al sur de Zamora, en las inmediaciones de Cubo, lugar fronterizo que por su orografía y vegetación constituía un buen albergue de salteadores que atacaban a los viajeros y peregrinos que discurrían por la Vía de la Plata.

Probablemente fue descubierto por Alfonso VII durante una cacería, que lo encontró haciendo penitencia en su cueva. La difusión de su existencia atrajo a otras gentes que querían imitar su forma de vida, hasta que, finalmente, aprovechando que era zona de afluencia de peregrinos, construyeron una alberguería para acogerlos, bajo el ceremonial establecido por san Benito. Se incorporaron al Císter, Orden que comenzaba a gozar de importancia en España, gracias al desarrollo que impulsó Bernardo de Claraval.

Acudió a él para que le enviara algunos discípulos: Egeas, Gerardo, Pedro y Bernardo, quienes se unieron a ellos para transformar la alberguería en un monasterio bajo las observancias del Císter. Para ello Alfonso VII y su hermana, la infanta Sancha les cedieron en 1137 las villas de Cubo y Cubeto, entonces despobladas, con todas sus posesiones y derechos.

La edificación incluyó una iglesia que, siguiendo los preceptos del Císter, se dedicó a Santa María. Las construcciones iniciales fueron muy pobres, pues, además de carecer de medios, la espiritualidad de la Orden, según la impronta de san Bernardo, exigía austeridad y sencillez.

El monasterio se llamó en un principio Bellofonte, por hallarse situado muy próximo a una fuente, paraje discretamente bello, junto a Peleas de Arriba, aunque en 1232 gracias a Fernando III el Santo se trasladó a Valparaíso, cambiando su nombre por el de este lugar. Martín Cid estuvo al frente durante quince años, hasta su muerte el 7 de octubre de 1152. Fue enterrado en la iglesia de San Miguel, pero sus restos se trasladaron al nuevo emplazamiento del monasterio en 1232