Hoy, 7 de marzo, la Iglesia celebra a:

by AdminObra
  1. San PONCIO, diácono. En Cartago. Diácono de San Cipriano, al que acompañó en el destierro hasta su muerte, dejando un admirable relato de su vida y de su pasión. (s. III).
  2. Santos APOLONIO y FILEMÓN, mártires. En Antinoe, Egipto. (287).
  3. San PROVINO, obispo. En Como. Discípulo de San Ambrosio, que preservó de la herejía arriana a la Iglesia que se le había encomendado. (420).
  4. San SENANDO, abad. En Hibernia, Irlanda. (s. VI).
  5. San FÉLIX, obispo. En Dunwich, Inglaterra. Oriundo de Burgundia, evangelizó a los ingleses orientales en tiempo de Sigeberto. (646).
  6. San TEOFILACTO, obispo. En Bitinia, Turquía. Desterrado por defender el culto de las sagradas imágenes. (840).
  7. San HUMFRIDO, obispo. En Thérouanne, Francia. Tras ser destruida la ciudad por los normandos, procuró congregar y fortalecer a su grey. (871).
  8. San LITIFREDO, obispo. En Pavía. (874).
  9. San DUTACO, obispo. En Tayne, Escocia. (1065).
  10. San VEREMUNDO, abad. En Estella. Habiendo abrazado desde joven la vida monacal estimuló a sus monjes a buscar la perfección con su ejemplo y con ayunos y vigilias. (1095).
  11. San ESTEBAN, abad. En Limoges. Primer abad del monasterio de San Esteban. Unió a la Orden Cisterciense los tres monasterios que había fundado. (1159).
  12. San JUAN de DIOS, religioso. Granada. Después de una vida en la milicia, prestó ayuda con caridad a los necesitados y enfermos en un hospital fundado por él, y se asoció a compañeros con los que constituyó la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. (1550).
  13. San FAUSTINO MÍGUEZ, religioso. En Getafe. Orden de Clérigos Regulares de la Madre de Dios. Al ordenarse sacerdote se entregó a la docencia y consiguió gran prestigio como maestro y perito en ciencias naturales. Fue diligente en su actividad pastoral y fundó el Instituto Calasancio de Hijas de la Divina Pastora, para la educación integral de la mujer. (1925).

Hoy recordamos especialmente al Beato VICENTE KAKLUBEK

Vicente Kadlubek nació en Karnow, Polonia, hacia el año 1160. Hijo de una rica familia polaca.

Estudió en Francia y en Italia, hizo tales progresos en sus estudios que en 1189 podía firmar como “Magister Vincentius”, desempeñó algunos oficios eclesiásticos, entre otros el de preboste del capítulo en la catedral de Sandomir.

Cuando muere el obispo Fulk de Cracovia, el 11 de septiembre de 1207, el capítulo votó por Vicente. Inocencio III aprobó la elección el 28 de marzo de 1208, y Vicente fue consagrado por Enrique Kielicz, arzobispo de Gnienzo, quien en aquella época estaba consagrado en cuerpo y alma a introducir en Polonia las reformas impuestas por el Papa Inocencio III. En ello le ayudó, con el mismo celo, su antiguo compañero de estudios y ahora nuevo obispo de Cracovia. El país atravesaba por una crisis de desorden político y desmoralización religiosa y el Beato Vicente solicitó principalmente la ayuda de las órdenes religiosas para su tarea. A fin de aumentar la influencia de los regulares, se convirtió en bienhechor de muchos monasterios y al mismo tiempo, secundó los esfuerzos de los monjes con su propia predicación y visitas pastorales. El beato tomó parte activa en la política y se preocupó mucho por el bienestar del pueblo.

También fue a través de su influencia que en 1214 se restauró la paz entre Andrés de Hungría y Leslek de Polonia, quienes estaban luchando por la posesión de Galicia.

En 1218, renunció al gobierno de su diócesis y se retiró al monasterio de Jedrzejow, de la reforma cisterciense, donde hizo su profesión religiosa siendo el primero polaco en recibir el hábito cisterciense. Tal vez fue entonces cuando empezó a escribir el trabajo histórico que la ganó tanta fama, pues el Beato Vicente fue el primer cronista de Polonia. Los cuatro libros de su obra, «Crónica de los Reyes y Príncipes de Polonia» tiene especial valor por ser el fruto de la experiencia del autor y han sido reeditados repetidas veces, en los tiempos modernos. Sin embargo, por la falta de sentido crítico del beato, los historiadores le han comparado con Godofredo de Monmouth y dicen que «el latín que emplea es detestable». Vicente Kadlubek murió en su monasterio, el 8 de marzo de 1223, con gran fama de santidad.