Hoy, 4 de febrero, la Iglesia celebra a:

by AdminObra
  1. San EUTIQUIO, mártir. En Roma. Durante mucho tiempo fue torturado con privación de alimentos y sin poder dormir, para ser arrojado a una profunda cavidad. (s. inc.).
  2. Santos PAPÍAS, DIODORO y CLAUDINO, mártires. En Perge, Turquía. (s. III).
  3. Santos FILEAS, obispo, y FILOROMO, militar, ambos mártires. En Alejandría de Egipto. Durante la persecución llevada a cabo por Diocleciano, no cedieron a las persuasiones de sus deudos y amigos para que salvaran su vida, y fueron decapitados. (s. IV).
  4. San ISIDORO, presbítero. En Egipto. De profunda doctrina, trató de imitar la vida de San Juan Bautista, para lo que vistió hábito monástico. (449).
  5. San AVENTINO. En Toyes, Francia. Servidor fiel de San Lupo, obispo. (537).
  6. San RABANO, obispo. En Maguncia. Siendo monje de Fulda, fue elevado a la sede de Maguncia. Docto en ciencia y elocuente en el hablar, nunca dejó de llevar a cabo todo lo que pudiese redundar a mayor gloria de Dios. (856).
  7. San NICOLÁS ESTUDITA, monje. En Constantinopla. Exiliado muchas veces por vencer el culto a las imágenes. Terminó sus días como abad del monasterio de Estudion. (868).
  8. San GILBERTO de SEMPRINGHAM, presbítero. En Sempringham, Inglaterra. Fundó con la aprobación del papa Eugenio III una orden monástica en la que impuso una doble disciplina: la Regla de San Benito para las monjas, y la de San Agustín para los monjes. (1189).
  9. Beato JUAN SPEED, mártir. En Durham, Inglaterra. Por haber auxiliado a unos sacerdotes fue decapitado bajo el reinado de Isabel I. (1594).
  10. San JOSÉ de LEONESSA, presbítero. En los Abruzzos italianos. Franciscano. Sostuvo con la fe a los cristianos presos en Constantinopla, y sufrió grandes tribulaciones por haber predicado el Evangelio por parte del Sultán. De regreso a su tierra se destacó por atender a los pobres. (1612).
  11. San JUAN de BRITO, presbítero y mártir. En Oriur, en la India. Jesuita. Tras convertir a muchos a la fe terminó su vida en un glorioso martirio. (1693).

Hoy recordamos de manera especial a SANTA JUANA de VALOIS

No por ser hija del rey de Francia iba a pasarlo muy bien en su vida; más bien se puede asegurar todo lo contrario. El conjunto de su existencia fue una mezcla de los sufrimientos más amargos a los que puede estar abocada una persona. Ni querida, ni rica, ni agasajada -como suele hacerse con los príncipes y princesas- ni galanes, ni fiestas palaciegas. Más bien todo lo contrario. Fue despreciada por su padre el rey por desencanto al esperar un hijo varón y nacerle una hembra. Peor asunto cuando se descubre que a su condición de mujer se añade la fealdad de rostro y, por si fuera poco, hay que añadir la incipiente cojera. «Una cosa así» hay que sacarla de la Corte de los Valois. Será el castillo de Linières su sitio para aprender a bordar. Allí pasará una vida monótona y solitaria sin volver a ver a su madre, Carlota de Saboya, desde los cinco años.

Luis XI es, aunque Valois, un tirano, dueño de vidas y haciendas. Ha querido casar a su hija Juana con Luis de Orleáns porque eso sí entra dentro de su juego y engranajes políticos. Ya lo tiene todo dispuesto. Los Orleáns se niegan a emparentar con la fea, coja y jorobada maltrecha Juana; pero las amenazas de muerte por parte del enojadizo rey son cosa seria y el matrimonio de celebra el 8 de setiembre de 1476 en la capilla de Montrichard, aunque el novio ni hable ni mire a la novia. A partir de este acontecimiento, sólo hay visitas del esposo a la malquerida mujer cuando lo manda el rey.

El duque Luis de Orleáns -el esposo de paja- es levantisco; da con sus huesos en la cárcel por rebeldía y la buena esposa despreciada intercede por él ante su hermano, el nuevo rey Carlos VIII. Inesperadamente sube al trono francés el duque de Orleáns por la muerte repentina de Carlos. Ahora es el rey Luis XII y precipitadamente consigue la anulación del matrimonio.

Ya Juana no es reina, sólo duquesa de Berry. Retirada en Bourges funda la Orden de la Anunciación que honre a la Virgen María, aprenda de ella las virtudes y se desviva por los pobres. Es el año 1504 cuando ella hace su propia profesión para morir en santidad el año 1505.