- Santos AGATÓPODO, diácono, y TEÓDULO, lector, mártires. En Tesalónica. Fueron arrojados al mar con una piedra al cuello. (s. IV).
- San PLATÓN, abad. En Constantinopla. Durante muchos años luchó con ánimo invicto contra los destructores de las imágenes, y con su sobrino Teodosio organizó el Monasterio de Studion. (814).
- San PEDRO, obispo. En Poitiers. Favoreció los comienzos de la Orden de Fontevrault. Fue apartado injustamente. Falleció en el exilio. (1115).
- Beato GUILLERMO CUFFITELLI, eremita. En Sicilia. Renunció a su pasión por la caza. Pasaría 57 años en soledad y pobreza. (1411).
- San BENITO MASSARARI, el “negro”, por su color de piel, eremita. En Palermo. Entraría en los franciscanos. Se mostró muy humilde en todo y lleno de fe en la Providencia. (1589).
- Beato JOSÉ BENITO DUSMET, obispo. En Sicilia. Benedictino. Fomentó el culto divino, la instrucción cristiana del pueblo, el celo en el clero. En tiempos de peste prestó auxilio a los enfermos. (1894).
- Beato CAYETANO CATANOSO, presbítero. En Reggio Calabria, Italia. Instituyó la Congregación de Hermanas Verónicas de la Santa Faz, para alivio de los pobres y abandonados. (1953).
Hoy destacamos a SAN FRANCISCO MARTO
Nació en Aljustrel, Fátima. En 1908. Familia muy humilde. Hermano de Santa Jacinta., y primo hermano de Lucía. Los tres videntes de Fátima.
Fue educado cristianamente.
Estando en el campo con ellas dos cuidando rebaños vio repetidas veces a la Virgen María.
Obedeciendo a la Señora, se entregó a la oración y la penitencia, suplicando la conversión de los pecadores con espíritu reparador y rezando por el papa. Con frecuencia se escondía detrás de los árboles o se refugiaba en lugares solitarios para rezar.
Pensaba mucho en Dios, y quería consolar a Nuestro Señor.
En 1918 informó de neumonía. Falleció en Aljustrel en 1919.