Hoy, 3 de mayo, la Iglesia celebra a:

by AdminObra
  1. Santos FELIPE y SANTIAGO, de Alfeo, apóstoles. Felipe había nacido en Betsaida, era discípulo de San Juan Bautista. Santiago, pariente del Señor, fue el primero que rigió la Iglesia de Jerusalén. (s. I).
  2. Santos TIMOTEO y MAURA, mártires. En Tebaida, Egipto. (286).
  3. Santos EVENCIO, ALEJADRO y TEÓDULO. En Roma. (s. III/IV).
  4. San CONLETO, obispo. En Kildare, Irlanda. Colaborador de Santa Brígida en la asistencia espiritual del monasterio que ella dirigía y de otros puestos bajo su jurisdicción, y debido a su autoridad ejerció una gran ascendencia sobre los prelados de su país. (520).
  5. San PEDRO, obispo. En Argo, Grecia. Mostró una inmensa caridad hacia los pobres y trabajó, incansable, poniendo paz en los litigios. (922).
  6. San TEODOSIO, abad. En Kiev, Ucrania. Según la tradición fundó el monasterio conocido con el nombre de Las Grutas e instituyó en él la vida cenobítica. (1074).
  7. San ANSFRIDO, obispo. En Fohorst, Flandes. El cual, afectado por la guerra, se retiró a ese lugar. (1008).
  8. Beata EMILIA BICCHIERI, virgen. Vercelli. Dominica. A pesar der ser priora, realizaba encantada los servicios más humildes de la casa. (1314).
  9. Beato ESTANISLAO, presbítero. En Kasimierz, Polonia. Canónigo regular. Impulsado por la caridad pastoral, fue ministro diligente de la palabra de Dios, maestro de vida espiritual y confesor muy solicitado. (1489).
  10. Beata MARÍA LEONIA PARADIS, virgen. En Sherbrooke, Canadá. Fundó la Congregación de Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia, dedicadas al servicio doméstico de los sacerdotes. (1912).

Hoy recordamos especialmente al Beato JOSÉ ROSAZ

Eduardo José Rosaz nació en Susa (Turín) el 15 de febrero de 1830, hijo de Romualdo y Josefa Dupraz. A los 16 años quedó huérfano y con dos hermanas menores a su cargo, pues los hermanos mayores vivían lejos. Su salud adolecía de una debilidad general, por lo cual debía seguir periódicamente tratamientos que le proporcionaba su hermano médico. Como parte de sus tratamientos debía viajar a pie con frecuencia. Entabló amistad con el obispo Antonio Odone, quien lo acogió en el seminario local y luego lo trasladó por motivos de salud al de Nizza Marittima. Fue ordenado sacerdote el 10 de junio de 1854. Cuando buscaba la forma de llegar a una entrega total en el servicio de su ministerio, comprendió que podía combinar la misión del presbítero con una espiritualidad fuerte, para lo cual, a raíz de la lectura de una biografía de san Francisco de Asís, optó por hacerse terciario franciscano, junto con otros amigos; «de esta manera encontró un método y una escuela. Sería sacerdote secular pero a la manera de Francisco». Cultivó numerosas amistades, que eran su apoyo, consejo y ayuda. Su vida espiritual pudo enriquecerse merced a la amistad que cultivó con otros santos sacerdotes como san Juan Bosco, san José Cafasso, san Juan María Vianney.

En 1854 regresó definitivamente a Susa; y fue nombrado canónigo de la catedral de Susa, donde ejerce como confesor y catequista; celebra la misa temprano para la gente que debe ir al trabajo. En 1856 acoge las primeras muchachas desamparadas y da inicio al Retiro, casa de acogida para muchachas abandonadas. Establece el mes de María, como ocasión para una catequesis de adultos de todo un mes. Inicia igualmente el intercambio de servicios entre los sacerdotes de la región. Con frecuencia emprende peregrinaciones a pie a santuarios significativos. Ejerce la capellanía da las cárceles, y es rector del «Colegio civico» y del Seminario Diocesano en 1874. Todo cuanto recibe por herencia o por otros títulos, lo invierte en sus obras apostólicas. Su apostolado y toda su vida llevan la marca de la caridad, la pobreza, la hospitalidad y la prudencia. Renunciando a su origen burgués y acomodado, vive en pobreza y no pocas veces debe «recurrir a la mesa del Señor» para sostener sus obras, e inclusive para su propio sustento.

El 8 de diciembre de 1874 tres de las muchachas de su Retiro toman el hábito de la Tercera Orden Franciscana, y así comienza la Congregación de las Hermanas Franciscanas Misioneras de Susa. Elegido obispo de Susa el 26 de diciembre de 1877 recibe la ordenación episcopal el 24 de febrero de 1878. El 8 de octubre de 1882, las Hermanas toman posesión de la Casa Madre, lo cual festeja con un almuerzo para 247 pobres. Funda el semanario «Il Rocciamelone», el 1 de abril de 1897, que actualmente sale con el nombre de «La Valsusa». El 15 de junio de 1899 bendice solemnemente la estatua de la Virgen para colocar en la cima del Rocciamelone (3.600 mts. de altura). Se distinguió por su abnegación, celo, mansedumbre y humildad. Murió el 3 de mayo de 1903.