- Santo TOMÁS, apóstol. (s. I).
- San ANATOLIO, obispo. En Laodicea, Siria. Dejó numerosos escritos dignos de admiración, no sólo para las personas de fe, sino también para los filósofos. (s. III).
- San MEMNÓN, centurión y mártir. Bizia, Tracia. Convertido a la fe en tiempos de Diocleciano por San Severo, juntamente con éste fue sometido a crueles tormentos y ejecutado. (s. III).
- Santos MARCOS y MUCIANO, mártires. Mesia. Fueron decapitados por negarse a inmolar a los ídolos y por confesar valientemente a Cristo. (s. IV).
- San HELIODORO, obispo. Venecia. Tuvo como maestro a San Valeriano de Aquilea, como compañeros a los Santos Cromacio y Jerónimo, y fue el primer obispo de esta ciudad. (s. V).
- San ANATOLIO, obispo. Constantinopla. Profesó la fe ortodoxa sobre las dos naturalezas de Cristo expresada por el papa San León Magno en el “tomus” que envió a Flaviano, y cuyo contenido se preocupó de hacer llegar al Concilio de Calcedonia. (458).
- San LEÓN II, papa. Roma. Conocedor del griego y del latón. Amante de la pobreza y de los pobres, acogió las decisiones del Concilio III de Constantinopla. (683).
- San RAIMUNDO GAY-RARD, maestro. En Toulouse. Al quedar viudo, consagró su vida a hacer obras de caridad, fundó un hospital, y finalmente fue admitido entre los canónigos de la Basílica de San Saturnino. (1118).
- San JOSÉ NGUYÊN DÌNH UYÊN, catequista y mártir. Tonkín. Encarcelado en tiempo del emperador Mang, murió en prisión. (1838).
- San FELIPE PHAN VAN MINH, presbítero y mártir. Cochinchina. Decapitado en tiepo de Tu Duc. (1853).
- Santos PEDRO ZHAO MINGZHEN y JUAN BAUTISTA ZHAO MINGXI, hermanos, y mártires. Hebei, China. Martirizados por la secta Yihetua mientras protegían a las mujeres y niños cristianos que huían de ellos. (1900).
Hoy recordamos especialmente a BEATA MARÍA ANA MOGAS FONTCUBERTA
Nació en Granollers, Barcelona, en 1827.
Educada cristianamente, sus primeros años transcurren en el hostal del Lladoner, una masía-posada.
A los siete años perdió a su padre, y a los trece a la madre.
Con su madrina y tutora se traslada a Barcelona.
La joven se vio pronto inmersa en la clase más señorial y burguesa de Barcelona.
Pero Dios irrumpió en su vida gracias al encuentro con el Padre José Tous, capuchino exclaustrado por los desamortizadores, y con dos religiosas capuchinas, también exclaustradas, que intentaban rehacer su vida dedicándose a la enseñanza de la niñez en Ripoll. Rompiendo las ataduras de su status y de la oposición de su madrina, siguió la vocación religiosa.
En 1847 se agregó a estas monjas dedicadas a educar niñas pobres, y bajo la dirección del P. Tous, gestionó la fundación del Instituto Franciscano de Hermanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor.
En 1863, la Madre Mogas y sus compañeras, emprendieron una peregrinación a pie a Monserrat, que se convertiría en un símbolo de amor a la Virgen.
La Madre Mogas, apoyada en la Providencia de Dios, abrió caminos de acción caritativa y social en hospitales, residencias de ancianos, orfanatos, centros marginales, países pobres… y sobre todo en el ámbito de la educación y de la enseñanza.
Maestra de excepción y sublime pedagoga del espíritu, llevó adelante con fortaleza y amor tan benemérita obra.
Murió en Fuencarral, Madrid, en 1886.