- San DANIEL, diácono y mártir. En Padua. (168).
- San ANTERO, papa. Tuvo un breve pontificado. (236).
- Santos TEOTEMPO y TEONAS, mártires. En Bitinia. Sufrieron martirio durante la persecución de Diocleciano. (304).
- San GORDIO, mártir. En Cesarea de Capadocia. Centurión romano que confesó a Jesucristo como su Señor. Émulo del centurión al pie de la cruz, según San Basilio. (304).
- San TEÓGENO, mártir. En Turquía. Por negarse a entrar en el ejército fue arrojado al mar después de estar encarcelado. (320).
- San FLORENCIO, obispo. En Vienne, Francia. Participó en el Concilio de Valence. (377).
- San LUCIANO, obispo. En Sicilia. (s. X).
- Beato CIRÍACO ELÍAS CHAVARA, presbítero. En la India. Fundó la Congregación de Hermanos Carmelitas de María Inmaculada. (1871).
Hoy destacamos a SANTA GENOVEVA.
Mujer muy influyente en su entorno y de intensa vida espiritual. Nació en Nanterre (Francia) hacia el año 420. Hija de un alto funcionario romano. Con temprana llamada a la vida espiritual, aconsejada por el obispo San Germán, hacia los quince años, consagró a Dios su virginidad.
Al morir sus padres, marchó con su madrina a Paría, destacando allí por sus actividades caritativas. Cuando contaba unos treinta años, convocó a las mujeres de esta ciudad para orar frene a la posible invasión de los hunos y para que convencieran a sus maridos de que debían impedirla, evitando que estos huyeran de París llevándose sus bienes. Sufrió conspiraciones por parte de sus conciudadanos que, relacionados con los germanos, y ante la vacilación de los romanos, no compartían su actitud. Pero después de la derrota de Atila en Accio, la situación cambió para ella.
A Genoveva también se le atribuyen milagros, como curaciones y de liberación de peligros en la navegación fluvial, y ayudó a cuantos pudo en tiempo de hambre.
Posiblemente ocupó cargos de relieve y desarrolló una acción pública muy notable, por lo que ejerció gran influencia en París.