- Santa MARTA. Recibió en su casa al Señor. (s. I).
- Santos LÁZARO y MARÍA, hermanos de la anterior. Amigos del Señor. (s. I).
- San CALÍNICO, mártir. Paflagonia, Turquía. (s. III).
- San FÉLIX, mártir. Roma. (s. IV)
- San LUPO, obispo. Troyes, Galia Lugdunense. Con San Germán de Auxerre fue a Bretaña para combatir la herejía de los pelagianos, defendió con la oración a su ciudad del furor de Atila y, habiendo ejercido de modo admirable el sacerdocio durante cincuenta años, falleció santamente. (478).
- San PRÓSPERO, obispo. Orleáns, Galia Lugdunense. (s. V).
- San OLAV, mártir. Noruega. Difundió con gran diligencia la fe que había conocido en Inglaterra, liberando al pueblo de la idolatría. Finalmente, atacado por sus enemigos, murió asesinado. (1030).
- Beato URBANO II, papa. Roma. Defendió la libertad de la Iglesia de las intromisiones de los laicos, combatió la simonía y la corrupción del clero, y en el Concilio de Clermont exhortó a los soldados cristianos a que liberasen, bajo el signo de la cruz, a sus hermanos cristianos oprimidos por los infieles y recuperasen el sepulcro del Señor. (1099).
- San GUILLERMO PINCHÓN, obispo. Bretaña Menor. Se preocupó por la construcción de la catedral, brilló por su benignidad y sencillez y, por defender con decisión y fortaleza a sus ovejas y los derechos de la Iglesia, tuvo que sufrir muchas vejaciones y el destierro. (1234).
- Beato LUIS BERTRÁN, presbítero y mártir. Omura, Japón. Dominico. Quemado vivo junto con otros dos religiosos. (1627).
- Beato CARLOS NICOLÁS ANTONIO ANCEL, presbítero y mártir. Rochefort. Fue encarcelado en condiciones inhumanas en un barco convertido en prisión. Murió enfermo. (1794).
- Santos JOSÉ ZHANG WENLAN, PABLO CHEN CHANGPIN, seminaristas, JUAN BAUTISTA LOU TINGYIN, administrador seminaristas, y MARTA WANG LOUZHI, viuda; mártires. Guizhou, China. (1861).
- Beato JUAN BAUTISTA EGOZCUEZÁBAL ALDAL, religioso y mártir. Barcelona. Hospitalario. Martirizado durante la persecución religiosa en España. (1936).
- Beato JOSÉ CALASANZ MARQUÉS, presbítero y mártir. Valencia. (1936).
Hoy recordamos especialmente al Beato LUCIO MARTÍNEZ MANCEBO y COMPAÑEROS
Ingresó en el seminario de San Froilán de León en 1912 e hizo el noviciado en Solsona (Lérida). Emitió su profesión temporal en Valencia en 1920 y la solemne en 1923. Tras los estudios teológicos, fue ordenado presbítero en 1925. Durante un año residió en la casa natalicia de san Vicente Ferrer, mientras preparaba el examen de lector en Teología. Enseñó en el Estudio General de Valencia y 1929 lo nombraron maestro de novicios y estudiantes. En mayo de 1931, a consecuencia del asalto a los conventos, se retiró a Calanda (Teruel) con los novicios y parte de los estudiantes, estableciéndose allí el noviciado y los cursos de Filosofía. En el desempeño de estos oficios y, además con la responsabilidad de superior, le sorprendió el asalto al convento.
El día 27 de julio de 1936 dispuso el desalojo y la dispersión de los frailes. Algunos aceptaron la hospitalidad de familias, pero, para no comprometer a nadie, abandonaron sus refugios y se encontraron en plena calle a merced de los perseguidores. A él y al hermano Lamberto de Navascués los apresaron el día 28 y los llevaron a la cárcel, donde se encontraron con los padres Felicísimo Díez, Saturio Rey y Antonio López Couceiro y el hermano Gumersindo Soto. Al día siguiente, se les juntaron el padre Tirso Manrique y el sacerdote Manuel Albert. Todos se mantuvieron serenos durante los interrogatorios del comité y los malos tratos que les infligieron. Al anochecer del 29 de julio de 1936 los sacaron de la cárcel y les hicieron subir a un camión. El padre Lucio comenzó a rezar el rosario en alta voz y los compañeros se le asociaron; fue inútil el intento de hacerlos blasfemar y de imponerles silencio. En el kilómetro seis de la población de Calanda en dirección a Alcañiz, en el lugar conocido como “Nueve Masadas”, les obligaron a bajar. Puestos en fila, enfocaron hacia ellos los faros del camión y les dispararon. El padre Lucio acababa de cumplir treinta y cuatro años de edad. Sus restos mortales y los de sus compañeros se hallan en una capilla contigua a la iglesia del colegio Cardenal Xavierre de Zaragoza.
Con él murieron en Calanda (Teruel), el 29 de julio de 1936, los siguientes religiosos dominicos: Lamberto de Navascúes y de Juan —Zaragoza, 18.V.1911—. Hizo sus primeros estudios en los colegios de jesuitas y maristas y la carrera de Derecho en la Universidad de Zaragoza. Cuando le faltaba tan sólo un examen para convertirse en abogado y dejando a su novia, pidió el ingreso en la vida religiosa como hermano cooperador, asegurando que no se creía digno del sacerdocio. Tomó el hábito en mayo de 1936. Libremente optó por quedarse al lado de los religiosos que permanecieron en Calanda en la tarde del 27 de julio de 1936. Murió a los veinticinco años de edad y dos meses de noviciado.