- Santa BASILA. Panonia. (s. III).
- Santa SABINA, mártir. Roma. (s. III).
- San ADELFO, obispo. Metz. (s. V).
- San VÍCTOR, eremita. Bretaña Menor. Vivió recluido en un pequeño oratorio (s. VII).
- San SEBBO, rey. Londres. Rey de los sajones orientales. Muy devoto del Señor, que dejó la corona y quiso morir con el hábito monacal, deseado desde hacía mucho. (693).
- San MEDERICO, presbítero y abad. París. Abad de Autun. Vivió en una celda cercana a la ciudad. (700).
- Beatos JUAN de PERUSA, presbítero, y PEDRO de SAXOFERRATO, religioso; mártires. Valencia. Franciscanos. Enviados a predicar la fe a los moros de aquel lugar, alcanzaron la palma del martirio al ser decapitados en la plaza pública por orden del rey. (1231).
- Beata BRONISLAVA, virgen. Cracovia. Premonstratense. Quiso llevar una existencia humilde y retirada, y destruido su monasterio por los tártaros, vivió a solas con Dios en una choza. (1259).
- Beato RICARDO HERST, mártir. Lancaster. Padre de familia y labrador. Acusado falsamente de un homicidio fue condenado a morir en la horca en tiempo de Jacobo I. (1618).
- Beato LUIS VULFILOCIO HUPPY, presbítero y mártir. Rochefort. Encarcelado de manera inhumana, por ser sacerdote, en una vieja nave durante la Revolución Francesa, murió de enfermedad. (1794).
- Beato EDMUNDO IGNACIO RICE, fundador. Waterford, Irlanda. Con entusiasmo y perseverancia se entregó a la formación de los niños y de los jóvenes de condición modesta y fundó, para ello, la Congregación de los Hermanos Cristianos y la de los Hermanos de la Presentación. (1844).
- Beata MARÍA de la CRUZ JUGAN, virgen. Renes, Francia. Fundó la Congregación de las Hermanitas Pobres para pedir limosna para los necesitados y para Dios, pero injustamente alejada de la dirección del Instituto, pasó el resto de su vida en la oración y en la humildad. (1879).
- Beato CONSTANTINO FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, presbítero y mártir. Valencia. Dominico. Muerto por odio a la fe. (1936).
- Beato DOMINGO JEDRZEJEWSKI, presbítero y mártir. Dachau. Deportado de Polonia, murió bajo crueles torturas. (1942).
- Beata SANCHA SZYMKOWIAK, virgen. Poznan, Polonia. Hija de la Virgen de los Dolores. En medio de las dificultades de la guerra, se ocupó con gran entrega de la asistencia a los encarcelados. (1942).
- Beata TERESA BRACCO, virgen y mártir. Piamonte. Defendió su castidad frente a unos soldados alemanes mientras trabajaba en el campo. (1944).
Hoy recordamos especialmente al Beato FRANCISCO MONZÓN ROMERO
Nace en Híjar, Teruel, el 29 de marzo de 1912, en el seno de una familia hondamente cristiana. Con once años ingresa en la Escuela Apostólica de Calanda porque deseaba ser dominico. El 3 de octubre de 1928 toma el hábito en la Orden de Predicadores. Acabado el noviciado hizo la profesión religiosa y comenzó los estudios de filosofía y teología, iniciándolos en Valencia, para luego pasar a Salamanca, donde se ordena sacerdote el 3 de mayo de 1936. Como todos los jóvenes ordenados por entonces, Francisco era consciente de las dificultades por las que pasaba la Iglesia y el clima de hostilidad que se había desatado contra ella, pero él tenía un gran espíritu misionero y ofreció su joven vida al apostolado y la difusión de la palabra divina. Llegado el verano le conceden unos días de permiso para pasarlos con sus padres, y estando en su casa le sorprende la revolución del 18 de julio. Decide vagar por los campos para escapar de la persecución, y su hermano Miguel, futuro sacerdote dominico, le llevaba leche todos los días. Empleaba el tiempo en la oración y mostraba una gran paciencia ante la situación tan peligrosa en que se encontraba.
El 24 de agosto llegan a su casa unos milicianos y amenazan a su madre si no les dice dónde está su hijo, sin que ella, pese a las amenazas, se lo diga. Vuelven más tarde y le aseguran que a su hijo no le pasará nada, y entonces el padre les acompaña adonde está el religioso, que es detenido. Los días que pasa en la cárcel se prepara al martirio viendo que éste sería su final: se entregó por entero a la oración y se puso por completo a disposición de la voluntad de Dios. En la tarde del día 29 el detenido es obligado a subir a un coche y al llegar a la altura del campo de fútbol le mandaron bajar del coche y mientras lo hacía le dispararon en la cabeza. Seguidamente lo enterraron en una fosa común, no dejando que sus familiares le hicieran un entierro individual. Más tarde sus restos pudieron recuperarse y se encuentran en Zaragoza. Cuando lo sacaron en el coche dijo: «Dios mío, Jesucristo derramó su sangre por mí, y ahora yo la derramaré por él».