Hoy, 28 de octubre, la Iglesia celebra a:

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  1. San SIMÓN y San JUDAS TADEO, apóstoles.
  2. San FERRUCIO, mártir. Maguncia. Abandonó el servicio militar para servir a Cristo. (300).
  3. San FIDEL, mártir. Como. (s. IV).
  4. Santos VICENTE, SABINA y CRISTETA, mártires. Ávila. Huyendo de Talavera fueron muertos cruelmente. (305).
  5. San GINÉS, mártir. Thiers, Aquitania. (s. IV).
  6. San SALVIO, obispo. Amiens. Dedicado a las ciencias divinas desde su juventud y adornado por la integridad de costumbres. (625).
  7. San FARÓN, obispo. Meaux. Siendo familiar del rey, invitó su hermana Santa Fara a dedicarse al servicio divino. Convenció a su esposa para que recibiese el velo de religiosa, a fin de poder formar él parte del clero, dentro del cual, llamado a asumir la función pastoral, hizo grandes donaciones de sus bienes a la Iglesia, erigiendo parroquias y monasterios. (670).
  8. San GERMÁN, abad. Annecy. Insigne por su amor a la soledad, fundó y dirigió el cenobio de Talloires. (s. XI).
  9. Santos FRANCISCO SERRANO, obispo, y JOAQUÍN ROYO, JUAN ALCOBER FIGUERA y FRANCISCO DÍAZ del RINCÓN, presbíteros; mártires. Fujián, China. Dominicos. Murieron estrangulados o asfixiados. (1798).
  10. San RODRIGO AGUILAR, presbítero y mártir. México. Fue colgado de un árbol por los soldados mientras confesaba a Cristo y a la Virgen de Guadalupe. (1927).
  11. Beato SALVADOR DAMIÁN ENGUIX GARÉS, mártir. Valencia. Padre de familia. Muerto por odio a la fe. (1936).

Hoy recordamos especialmente al Beato JOSÉ RUIZ BRUIXOLA

Nace en Alcira, provincia de Valencia, el 27 de septiembre de 1862. Estudió la carrera de veterinario y en su matrimonio tuvo cinco hijos, de cuya crianza y educación hubo él de encargarse en solitario pues su esposa murió muy joven. Desde 1926 era veterinario municipal de Alcira. Era un católico fervoroso. Contribuyó a la fundación de la Adoración Nocturna, de la que fue primer presidente, y pertenecía a las Conferencias de San Vicente de Paúl, así como a la Acción Católica. Demostró su caridad en las epidemias y riadas, y era asiduo del hospital, cuyos enfermos visitaba, y del asilo de ancianos, a cuyo aseo colaboraba.

Iniciada ya la revolución, el 31 de julio de 1936 presentó su dimisión como veterinario municipal, que fue aceptada al día siguiente. Fue detenido el 6 de agosto y puesto en libertad a las pocas horas. A su hija, que le manifestó su miedo ante las circunstancias, la animó recordándole el valor del martirio. Volvieron a detenerle en los días finales de octubre y le llevaron a las Escuelas Pías, que hacían de cárcel. El día 27 lo llevaron a las tapias del cementerio y lo fusilaron, pero no murió, y creyéndole muerto lo dejaron. Al día siguiente, cuando fueron a enterrarlo y no lo hallaron, lo buscaron por los alrededores y lo encontraron en una casa de su propiedad cercana al cementerio. Entonces dispararon contra él hasta causarle la muerte.