- Santos PRÓCORO, NICANOR, TIMÓN, PÁRMENAS y NICOLÁS, éste prosélito de Antioquía. Formaron parte de los siete elegidos por la multitud entre los discípulos, por considerarlos llenos de Espíritu y sabiduría para atender a los pobres. (s. I).
- San VÍCTOR I, papa. Roma. Estableció para todas las iglesias la celebración de la fiesta de Pascua en el domingo siguiente a la Pascua judía. (200).
- Santos MÁRTIRES de la TEBAIDA. Sufrieron tormento en la Tebaida, Egipto durante la persecución de Decio y Valeriano. Los perseguidores retardaron su muerte lo máximo posible sometiéndolos a prolongados tormentos con el fin de desesperarlos. (250).
- San ACACIO, mártir. Mileto. Turquía. (311).
- Santos NAZARIO y CELSO, mártires. Milán. (s. IV).
- San CAMELIANO, obispo. En Troyes, Francia. Discípulo y sucesor de San Lupo. (s. VI).
- San SANSÓN, abad y obispo. Dol, Bretaña Menor. Propagó el Evangelio por este territorio, así como la disciplina monástica que había aprendido en Gales de San Iltudo. (565).
- San BOTVIDO, mártir. Sodermanland, Suecia. Nacido sueco, y bautizado en Inglaterra. Estuvo trabajando en la evangelización de su patria. Un criado suyo, a quien había liberado de la esclavitud, lo asesinó. (1100).
- San MELCHOR GARCÍA SAMPEDRO, obispo y mártir. Tonkín. Encerado por ser cristiano en una cárcel estrechísima, y, seguidamente, despedazado por orden del emperador. (1858).
- Beatos MANUEL SEGURA LÓPEZ, presbítero, y DAVID CARLOS de BERGARA MARAÑÓN, religioso; mártires. Gabasa, Zaragoza. El segundo escolapio. Mártires durante la persecución religiosa. (1936).
- San JAIME HILARIO BARBAL COSÁN, religioso y mártir. Tarragona. Hermano de las Escuelas Cristianas. Martirizado durante la persecución religiosa en España. (1936).
- Beata ALFONSA de la INMACULADA CONCEPCIÓN MUTTATHUPADATHU, virgen. Kerala, India. Para evitar un matrimonio impuesto, se abrasó el pie en el fuego, y, admitida en las Clarisas Malabarenses, vivió casi continuamente enferma ofreciendo su vida a Dios. (1946).
Hoy también se celebran a otros CUARENTA Y OCHO BEATOS, mártires de la persecución religiosa en España. (1936).
Hoy recordamos especialmente a SAN PEDRO POVEDA
Nacido en Linares (Jaén) en 1874 en el seno de una familia muy cristiana, Pedro José Luis Francisco Javier Poveda Castroverde era el mayor de seis hermanos. De temprana vocación sacerdotal, ingresa joven en el Seminario de Jaén, aunque por motivos económicos se traslada con una beca al Seminario de Guadix (Granada). Compagina los estudios eclesiásticos con los civiles. Fue ordenado sacerdote en 1897 y, al tiempo que continúa sus estudios, da clases, atiende catequesis, predica misiones populares, dirige a seminaristas… Su preocupación por los niños que vivían en las Cuevas de Guadix le lleva a fundar las Escuelas del Sagrado Corazón, donde ofrece enseñanza gratuita, alimento y vestido a los más necesitados de esta zona suburbial de la ciudad.
En 1906 es nombrado canónigo de la Basílica de Covadonga (Asturias), donde permanece hasta 1913. Allí, estudia la situación educativa de la España de principios de siglo, pensando qué respuesta puede dar desde el humanismo cristiano para la educación de los niños y la formación de los educadores en el momento histórico que le toca vivir. Así, en 1911 funda en Oviedo la primera Academia de la Institución Teresiana. En 1913 regresa a Jaén, donde conocerá a Josefa Segovia, quien será su fiel colaboradora y cofundadora de la Institución. En 1921 las Academias, Centros de formación de educadores, cuyo campo principal de actuación será la escuela pública, estaban en doce poblaciones de importancia. En 1917 la Institución Teresiana obtiene la aprobación eclesiástica y civil en Jaén, y en 1924 la aprobación pontificia como Pía Unión.
El Padre Poveda se traslada a Madrid en 1921, al ser nombrado Capellán de la Casa Real. Sigue trabajando en la consolidación y expansión de la Institución Teresiana, participa en la fundación de la FAE (Federación de Amigos de la Enseñanza), y colabora con proyectos e instituciones a favor del profesorado católico. El 27 de julio de 1936 es detenido en su casa de Madrid. Muere mártir, como sacerdote de Jesucristo, el 28 de julio de 1936.