Hoy, 27 de noviembre, la Iglesia celebra a:

by AdminObra
  1. Santos FACUNDO y PRIMITIVO, mártires, a orillas del río Cea, León. (s. IV).
  2. San LAVERIO, mártir, en Grumento, en la región de Lucania, Italia. (s. IV).
  3. San VALERIANO, obispo. En Aquilea, en Venecia. Frente a los arrianos defendió la fe ortodoxa, y reunió a clérigos y laicos para vivir en comunidad. (388).
  4. San SANTIAGO “INTERCISO”, mártir. En Persia. En tiempo del emperador Teodosio el Joven renegó de Cristo por congraciarse con el rey Iasdigerd, pero al ser reprendido por su madre y por su esposa, se arrepintió y confesó la fe ante el hijo del rey de Persia que lo hizo descuartizar miembro a miembro. (421).
  5. San MÁXIMO, abad del monasterio de Lérins, en la Provenza. Sucesor de San Honorato, fundador de ese cenobio, y luego obispo de Riez. (469).
  6. San VIRGILIO, obispo, en Baviera, la parte austríaca actual. Hombre doctísimo nacido en Irlanda, que con el apoyo del rey Pipino se puso al frente de la Iglesia de Salzburgo, donde construyó la catedral en honor de San Ruperto. Propagó con éxito la fe. (784).
  7. Beato BERNARDINO de FOSSA AMICI, presbítero. L’Aquila. Franciscano. Porpgaró la fe en muchas regiones de Italia. (1503).
  8. Beatos TOMÁS KOTEDA KIUNI y DIEZ COMPAÑEROS, mártires, en Nagasaki, Japón. Por orden del gobernador fueron decapitados. (1619).
  9. Beato BRONISLAO KOSTOWSKI, mártir. Munich. Polaco. Trasladado al campo de exterminio de Dachau. Murió cruelmente atormentado. (1940).

Hoy recordamos especialmente a SAN GULSTANO

Nació en Gran Bretaña, fue secuestrado por los piratas; despues de muchos años de esclavitud fue desembarcado en la isla de Ouessant (Finisterre), en la punta de la península de Bretaña, porque tenía un pie deformado por las fracturas.  Aquí le acogió san Félix, asceta que vivía como ermitaño; pronto san Félix quiso ser benedictino e ingresó en la abadía de Fleury-sur-Loire; poco tiempo después lo siguió Gulstano, para después marchar a la abadía de Saint-Gildas de Rhuys (Bretaña), en la costa de Morbihan, donde Félix había iniciado la restauración del monasterio benedictino como abad.

Gulstano era un simple hermano lego analfabeto, pero había aprendido de memoria los salmos y las oraciones que cantaba noche y día concediéndose solamente tres horas de sueño; también se preocupaba de ayudar a los marineros. San Félix lo envió con otro monje a roturar la isla de Hoedic, que aparecía en el horizonde del monasterio de Rhuys; durante el viaje, Gulstano murió en Beauvoir-sur-mer. Sus restos descansan en la abadía de Rhuys.