- Santos FACUNDO y PRIMITIVO, mártires, a orillas del río Cea, León. (s. IV).
- San LAVERIO, mártir, en Grumento, en la región de Lucania, Italia. (s. IV).
- San VALERIANO, obispo. En Aquilea, en Venecia. Frente a los arrianos defendió la fe ortodoxa, y reunió a clérigos y laicos para vivir en comunidad. (388).
- San SANTIAGO “INTERCISO”, mártir. En Persia. En tiempo del emperador Teodosio el Joven renegó de Cristo por congraciarse con el rey Iasdigerd, pero al ser reprendido por su madre y por su esposa, se arrepintió y confesó la fe ante el hijo del rey de Persia que lo hizo descuartizar miembro a miembro. (421).
- San MÁXIMO, abad del monasterio de Lérins, en la Provenza. Sucesor de San Honorato, fundador de ese cenobio, y luego obispo de Riez. (469).
- San VIRGILIO, obispo, en Baviera, la parte austríaca actual. Hombre doctísimo nacido en Irlanda, que con el apoyo del rey Pipino se puso al frente de la Iglesia de Salzburgo, donde construyó la catedral en honor de San Ruperto. Propagó con éxito la fe. (784).
- San GULSTANO, monje. En la costa francesa, en Nantes. Siendo joven se evadió de los piratas y fue acogido por San Félix, eremita entonces. Se hizo famoso en el monasterio de Rhuys porque, pese a ser analfabeto, recitaba de memoria el salterio, así como por sus desvelos en favor de los navegantes. (1040).
- Beatos TOMÁS KOTEDA KIUNI y DIEZ COMPAÑEROS, mártires, en Nagasaki, Japón. Por orden del gobernador fueron decapitados. (1619).
- Beato BRONISLAO KOSTOWSKI, mártir. Munich. Polaco. Trasladado al campo de exterminio de Dachau. Murió cruelmente atormentado. (1940).
Hoy recordamos especialmente a BEATO BERNARDINO de FOSSA AMICI
Nació en Fossa (1420), cerca de Aquila (Italia). Se laureó en jurisprudencia en Perusa (Italia), ingresó en los Hermanos Menores (1445) en el convento de Monterípido (Perusa).
Vivió en Gubbio, Stroncone y en otros conventos de la Umbría, posteriormente se trasladó a los Abruzzos (Italia) para residir en Aquila.
Fue Ministro provincial de su región en (1454‑1460 y 1472‑1475). Estuvo en Bohemia y en Dalmacia en (1464‑1467); y procurador general de la Orden en la curia romana (1467-1469). Participó en el Capítulo general de la Orden en Aquila (1452), en Asís (1455), en Milán (1457), en Roma (1458) y en Mantua en 1467. Rechazó varias veces el Obispado de Aquila.
Como predicador, se recuerda su cuaresma en Sebenice en Dalmacia (1465). Los últimos años de su vida se dedicó a difundir sus escritos teológicos e históricos. Fray Bernardino se propuso seguir las huellas de San Bernardino de Siena. En 1438 en la plaza de Santa María de Collemaggio de Aquila predicó sobre la Asunción de María en cuerpo y alma al cielo.
De San Bernardino el Beato, logró copiar el espíritu de fe y de recogimiento, la prudencia, la humildad, la modestia, el celo ardiente por la gloria de Dios. Tras estar en la cama en medio de terribles sufrimientos, un día se le apareció su patrono San Bernardino de Siena, y obtuvo del Señor la completa curación para regresar a los Abruzzos y proseguir sus andanzas apostólicas con renovado fervor.
Fundó nuevos conventos, entre ellos, el de San Ángel d’Ocre, donde él mismo habitó hasta avanzada edad. Se retiró al convento de San Julián (Aquila) donde pasó los últimos años. Falleció el 27 de Noviembre de 1503 con 83 años. Fue un digno hijo de San Francisco y fiel imitador del Santo de Siena.