- San MELQUISEDEC, rey de Salem.
- San MAXIMILIANO, mártir. Roma. (s. inc.).
- San ANASTASIO, mártir. Dalmacia. (s. III).
- San ALEJANDRO, mártir. Bérgamo. (s. III).
- Beato JACOBO RETOURET, presbítero y mártir. Rochefort. Carmelita. Encerrado en una sórdida nave prisión donde moriría de frío, sin apenas ropas. (1794).
- Santa JUANA ISABEL BICHIER des ÂGES, virgen. Poitiers. Durante la Revolución Francesa ayudó a San Andrés Huberto Fournet a ejercer clandestinamente su ministerio y, restablecida la paz en la Iglesia, fundó la Congregación de las Hijas de la Cruz, para la instrucción de los pobres y la ayuda a los enfermos. (1838).
- Beata MARÍA de JESÚS CRUCIFICADO BAOUARDY, virgen. Belén de Judea. Carmelitas. Colmada de carismas místicos, unió la vida contemplativa con una singular caridad. (1878).
- Beato AMBROSIO VALLS MATAMALES, presbítero y mártir. Valencia. Capuchino. Martirizado por odio a la fe. (1936).
- Beato PEDRO MAX GINESTAR, presbítero y mártir. Alicante. Martirizado por odio a la fe. (1936).
- Beata MARÍA BELTRAME QUATTROCCHI, madre de familia. Roma. Vivió ejemplarmente su vida matrimonial, mostrando su comunión de fe y de caridad hacia el prójimo e iluminado con la luz de Cristo la familia y la sociedad. (1965).
Hoy destacamos especialmente a BEATA LEOCADIA HARASYMIV
Nació en Lvov, Ucrania, en 1911.
Fue educada cristianamente.
En 1922 ingresó en la congregación de Hermanas de San José tomando el nombre de Lorenza.
Cuando se estableció el régimen comunista en el país, junto con la Beata Olimpia Bidá, se dedicó a la atención religiosa de los fieles, dado que muchos sacerdotes habían sido deportados a los campos de concentración.
En 1950, estando ya enferma de tuberculosis, fue arrestada junto con su compañera, mientras asistían a un entierro.
Las llevaron al campo de concentración de Kharsk, en la región de Siberia, donde se agravó su enfermedad, siendo asistida por Olimpia de la mejor manera que pudo.
Pero por falta de atención médica y de medicinas, murió en 1952.