Hoy, 24 de marzo, la Iglesia celebra a:

by AdminObra
  1. Santos TIMOLAO, DIONISIO, PÁUSIDES, RÓMULO, ALEJANDRO, ALEJANDRO, AGAPIO y DIONISIO, mártires. En Cesarea de Palestina. Fueron conducidos maniatados, durante la persecución de Diocleciano, ante el prefecto. Confesaron ser cristianos. Fueron decapitados. (303).
  2. San SECÚNDULO, mártir. En Mauritania. (s. inc.).
  3. San MAC CAIRTHIND, obispo. En Hibernia, Irlanda. Discípulo de San Patricio. (s. V).
  4. San SEVERO, obispo. En Catania. (814).
  5. Beato JUAN del BÁCULO, presbítero y monje. en Las Marcas. Compañero de San Silvestre, abad. (1290).
  6. Santa CATALINA de SUECIA, virgen. En Vadstena. Hija de Santa Brígida. Al ser casada contra su voluntad, con el consentimiento del cónyuge conservó la virginidad y, al enviudar, llevó una vida piadosa. Peregrina en Roma y Tierra Santa, trasladó los restos de su madre a Suecia y los depositó en el monasterio de Vadstena, donde ella misma tomó el hábito monástico. (1381).
  7. Beata MARÍA KARLOWSKA, virgen. En Gdansk. Instituyó la Congregación de Hermanas del Divino Pastor de la Providencia Divina, con la finalidad de que recuperasen la dignidad de hijas de Dios las jóvenes y mujeres pobres de costumbres corrompidas. (1935).
  8. Beato ÓSCAR ARNULFO ROMERO, obispo y mártir. El Salvador. Asesinado en este país por su opción preferencial por los pobres mientras celebraba la Eucaristía. (1980).

 

Hoy destacamos a BEATO DIEGO JOSÉ de CÁDIZ

Nació en Cádiz en 1743 en una ilustre familia jerezana que tenía su domicilio habitual en Ubrique.

A los ocho años sus padres lo llevaron a recibir formación del sacerdote D. Félix de Haro. Un año después falleció su madre. Su padre contraería nuevo matrimonio. En 1755 lo enviaron a estudiar lógica con los Dominicos de Ronda. Fue despedido de allí pues no vieron en él actitudes para el estudio.

En Ubrique, donde había un convento de capuchinos, entró en contacto con el Padre Julián a quien le expresó su deseo de hacerse capuchino.

Después de algunas reticencias familiares, en 1757, ingresaba en el convento de Sevilla, donde tomó el nombre de Diego José de Cádiz. Emitió profesión en 1759.

Fue enviado a Cabra, Jerez de la Frontera, Écija… Tenía afición por la poesía, pero lo convencieron para que se dedicase al estudio de la Teología

Fue ordenado sacerdote en 1767.

Fue trasladado a Cádiz. Allí le insistieron para que se dedicase a predicar sin descanso. Lo cumpliría plenamente. Recibió también la licencia para confesar. Mucha gente acudiría a él.

La fama de sus pláticas dominicales llegó a los oídos del obispo de Málaga y pidió a los superiores capuchinos que lo enviasen allí a predicar la cuaresma. El éxito fue absoluto. Al año siguiente serían los Ubrique quienes no le dejarían ir a predicar a lugar alguno.

En 1773 quedó consagrado como misionero popular, dedicando su vida a la conversión de los pecadores y a la reanimación del espíritu religioso.

Fomentó la más firme adhesión a las enseñanzas de la Iglesia; la rectitud moral necesaria para que cada persona se santificase en su estado de vida; la piedad y la frecuencia de sacramentos; la renovación de la vida espiritual y el celo del clero, y la estricta observancia en los conventos masculinos y femeninos, al tiempo que defendía, frente a los ataques recibidos, a la Iglesia y a sus instituciones.

Fomentó la devoción a la Santísima Trinidad, al Santísimo Sacramento y la Virgen María en su advocación de Divina Pastora. Predicó por toda Andalucía, capitales de provincia, pueblos, y por toda España acudían a oírle miles de personas, siendo muchas veces insuficientes los templos para tanto auditorio.

Obispos, cabildos catedralicios, colegiales, universidades… lo colmaron de honores, que recibió siempre con humildad imperturbable.

Fue propuesto varias veces para el episcopado, que Fray Diego José rehusó.

Fue considerado el “obispo de toda España”.

Murió santamente en 1801.