- San EVECIO, mártir. En Nicomedia. En tiempos de Diocleciano rompió el edicto promulgado contra los cristianos por los que fue sometido a crueles tormentos. (303).
- San MODESTO, obispo. En Tréveris. (480).
- San ETELBERTO, rey. En Cantorbery. Fue el primero de los príncipes anglos convertido a la fe gracias a San Agustín. (616).
- Beato CONSTANCIO SÉRVOLI de FABRIANO, presbítero. En Ascoli Piceno, Italia. Dominico. Se distinguió por su austeridad de vida y su celo por promover la paz. (1481).
- Beato MARCOS de MARCONI, religioso. En Mantua. Ermitaño de San Jerónimo. (1510).
- Beato TOMÁS MARÍA FUSCO, presbítero. En Campania, Italia. Manifestó un amor grande hacia los pobres y necesitados, y fundó el Instituto de Hijas de la Caridad de la Preciosísima Sangre, para trabajar entre los jóvenes y los enfermos. (1891).
Hoy destacamos a BEATA JOSEFA NAVAL GIRBÉS.
Nació en Algemesí, Valencia, en 1820, en el seno de una familia modesta, de la que recibió una sólida educación cristiana.
Siendo joven hizo voto de castidad y decidió vivir en el mundo entregada a la oración, el apostolado y el trabajo. Abrió en su casa un taller de costura, en el que muchas chicas aprendieron este oficio, a la vez que recibían de Pepa, así la llamaban, una magnífica formación religiosa.
Se integró plenamente en el apostolado parroquial y de manera especial en las Conferencias de San Vicente de Paúl, visitando y socorriendo a los pobres.
Murió con fama de santidad en 1893.