- Santa EMERITA, mártir. Roma. (s. inc.).
- Santa BASILA, mártir. Roma. (304).
- Santos MAURICIO, EXUPERIO y CÁNDIDO, soldados y mártire. Helvecia. Fueron sacrificados por su fe en tiempo del emperador Maximiano, juntamente con sus compañeros de la mimsa Legión Tebana y el veterano Víctor. (302).
- San SILVANO, eremita. Levroux. (s. V).
- San FLORENCIO, presbítero. Poitiers. (s. VI).
- San LAUDO, obispo. Coutances, Galia. (549).
- Santa SALABERGA, abadesa. Laon, Neustria. San Columbano le curó la ceguera y la encauzó al servicio de Dios. (664).
- San EMERANO, obispo. Ratisbona, Baviera. (690).
- Beato OTÓN, obispo. Galia. Obispo de Freising de Baviera, muerto con el hábito monacal que nunca abandonó en todo el tiempo de su episcopado. (1158).
- San IGNACIO de SANTHIÀ BELVISOTTI, presbítero. Turín. Capuchino. Asiduo en atender a penitentes y en ayudar a enfermos. (1770).
- Beato JOSÉ MARCHANDON, presbítero y mártir. Rochefort. Encarcelado por ser sacerdote durante la Revolución Francesa. Murió de hambre y enfermo. (1794).
- San PABLO CHONG HA-SANG y AGUSTÍN YU CHIN-GIL, mártires. Seúl. Pablo coordinó la primera comunidad de cristianos durante veinte años de persecución, y el segundo escribió una carta al papa Gregorio XVI pidiéndole presbíteros para Corea. Ambos catequistas fueron decapitados a causa de la fe después de crueles torturas (1839).
- Beato CARLOS NAVARRO, presbítero y mártir. Valencia. Escolapio. Muerto por odio a Cristo. (1936).
- Beato GERMÁN GOZALVO ANDREU, presbítero y mártir. Valencia. Muerto por odio a Cristo. (1936).
- Beatos VICENTE PELUFO CORTS, presbítero, JOSEFA MOSCARDÓ MONTALVÁ, virgen; mártires. Valencia. Muertos durante la persecución religiosa. (1936).
- Beata MARÍA de la PURIFICACIÓN VIDAL PASTOR, virgen y mártir. Valencia. Muerta por odio a la fe. (1936).
Hoy recordamos especialmente al Beato VICENTE SICLUNA HERNÁNDEZ
Nació en el año 1859. Estudió en el Seminario Conciliar de Valencia y cantó su Primera Misa en 1884. Sabemos muy poco de sus andanzas apostólicas, aunque el recuerdo de su paso por la Parroquia de Navarrés, recuerdo de admiración y veneración por su prudencia, celo y demás virtudes sacerdotales, nos obliga a inducir una historia plena de rasgos evangélicos. Hombre de recia formación, era Licenciado en Sagrada Teología y Maestro y Bachiller en Artes.
La revolución le encontró en su puesto, como párroco en Navarrés, a pesar de su ya avanzada edad. Después de varios días de persecución, refugióse en un piso inhabitado; enterados de su estancia los marxistas, fueron a detenerle el día 22 de septiembre de 1936. Habiendo llamado a la ventana, a eso de las tres de la mañana, y suponiendo él para qué era, levantóse sin contestar e inmediatamente consumió las formas que tenía consagradas. Viendo ellos que no contestaba subieron por el balcón e internándose en la casa le obligaron a salir. Una vez en la puerta exclamó nuestro mártir: «Señor, hágase tu voluntad». «Santísimo Cristo, asistidme en mi última agonía.»
Ya moribundo, le condujeron al término de Bolbaite, donde le dieron un tiro en la nuca, causándole la muerte. Al amanecer del día siguiente pasearon su cadáver por las calles de Bolbaite en un estruendo de satánicas burlas. Conducido al cementerio lo enterraron donde actualmente yacen sus restos.