- Santos CASTO y EMILIO, mártires. En África. Había cedido en una primera vez, según San Cipriano. Pero en una segunda ocasión, se mantuvieron firmes en la fe. Fueron quemados. (203).
- San BASILISCO, obispo y mártir. En Ponto, Turquía. (s. IV).
- Santa JULIA, virgen y mártir. En Córcega. (s. inc.).
- Santa QUITERIA, virgen. En Aquitania. (s. inc.).
- San AUSONIO, obispo. En Angulema. Primer obispo de esta diócesis. (s. IV).
- San ATÓN, obispo. en Pistoya. Fue abad primero, y, después, puesto al frente de esta sede. (1153).
- Santa RITA de CASIA, religiosa. Casada con un hombre violento, toleró sus crueldades y logró reconciliarlo con Dios. después de morir su marido y sus hijos, ingresó en el monasterio de la Orden de San Agustín, y dio ejemplo de paciencia y compunción. (1457).
- Beato JUAN FOREST, presbítero y mártir. En Londres. Franciscano. En tiempo de Enrique VIII fue quemado vivo junto con imágenes sagradas de madera. (1538).
- Beato MATÍAS de ARIMA, catequista y mártir. En Omura, Japón. Torturado hasta la muerte por no querer delatar a ningún misionero. (1620).
- Santa JOAQUINA VEDRUNA, religiosa. Barcelona. Madre de nueve hijos. Al enviudar, fundó el Instituto de Hermanas Carmelitas de la Caridad. Soportó con ánimo tranquilo toda clase de sufrimientos hasta su muerte, que ocurrió de contagio de cólera. (1854).
- San MIGUEL HO DIHN HY, mártir. En Annam, Vietnam. Siendo mandarín, alto funcionario del emperador, y catequista, al ser delatado por cristiano, murió decapitado después de atroces tormentos. (1857).
- Santo DOMINGO NGON, padre y mártir. En An-Xá, Vietnam. Padre y labrador, que al exigirle los soldados que pisase una cruz, se postró y la adoró, y así profesó valientemente ante el juez que era cristiano, por lo que fue decapitado de inmediato. (1862).
- Beata MARÍA DOMINICA BRUNA BARBANTINI, religiosa. En Lucca. Fundó la Congregación de Hermanas Ministras de los Enfermos de San Camilo. (1868).
Hoy recordamos especialmente a la Beata HUMILDAD
Nació en Faenza. Se llamaba Rosanna Negusanti, y era una guapísima joven de buena familia. Desde niña profesó una gran devoción a María y a san Juan Evangelista. En 1242 se casó, después de muchas reticencias, y durante nueve años soportó con paciencia a su esposo Hugolotto, hombre bueno y frívolo pero enfermo, y de quién se separó, por mutuo acuerdo ya que murieron sus dos hijos; decidieron hacerse religiosos en el convento cluniacense de Santa Perpetua de Faenza fundado para los dos sexos. Fue entonces cuando cambió su nombre por el de Humildad. Se distinguió por su virtud y sus grandes penitencias, así como por su obediencia en realizar los trabajos más ingratos.
Después de tres años murió su esposo y en 1254 fue curada de modo milagroso y, a partir de ese momento, pidió vivir en clausura en una celda cercana a la iglesia de San Apolinar de Faenza; algunas jóvenes imitaron su estilo de vida. Otros autores dicen que se fugó del monasterio de Santa Perpetua, porque no le gustaba el estilo de vida, y fue acogida en un convento de clarisas, pero afirmó que su lugar estaba en otro sitio. Vivió algún tiempo en casa de un tío suyo, donde obró algunos milagros, hasta que terminó en la celda de San Apolinar. Su fama de santidad hizo que el obispo le encargase la fundación de un convento femenino. Unió la fundación de las Religiosas Vallumbrosianas con la fundación del monasterio de Santa María Novella en Faenza, donde fue abadesa benedictina, aunque adoptó la regla de san Juan Gualberto. Fue una fecunda escritora de sermones en latín dirigidos a los vallumbrosianos. En Florencia fundó otro convento en honor a san Juan Evangelista, donde murió.