- San PAPÍAS, obispo. En Frigia, Turquía. Se dice que fue oyente de Juan, el Presbítero, y compañero de San Policarpo. Sabio comentarista de los textos del Señor. (s. II):
- San PASCASIO, obispo. En Galia Lugdunense. Célebre por su erudición y la santidad de costumbres. (s. IV).
- San MAXIMIANO, obispo. En Rávena. Cumplió con fidelidad su ministerio episcopal y luchó contra los herejes de la época en favor de la unidad de la Iglesia. (556).
- Beata ISABEL, virgen. En Longchamp, París. Hermana de San Luis IX, que renunció al matrimonio de realeza, así como a preeminencias mundanas, y fue fundadora de un monasterio de Hermanas Menores, con las que sirvió a Dios en humildad y pobreza. (1072).
- Santa MARGARITA de CORTONA, virgen. Toscana. Conmovida por la muerte de su amante, borró los pecados de su juventud con una salutífera penitencia, ya que, recibida en la Tercera Orden Regular de San Francisco, se entregó a la contemplación de Dios y fue favorecida con especiales carismas. (1297).
- Beato DIEGO CARVALHO, presbítero y mártir. En Sendai, Japón. Jesuita. Soportó injurias, cárceles, caminatas fatigosas realizadas en pleno invierno, con fe intrépida confesó a Cristo, junto con otros compañeros, en el agua helada. (1624).
Hoy recordamos especialmente a la Beata MARÍA de JESÚS d’OUTERMONT.
Emilia d’Oultremont nació en Wégimont, Lieja (Bélgica) el 11 de octubre de 1818, del conde Emilio d’Oultremont y la condesa María de Lierneux de Presles. Contrajo matrimonio con Victor van der Linden, Barón d’Hooghvorst, en octubre de 1837, en Lieja. Del matrimonio nacieron cuatro hijos. En 1847 queda viuda y orienta su ya piadosa vida hacia abrazar la vida religiosa.
En 1854, durante una larga e intensa oración en la capilla del castillo familiar en Bauffe, la propia beata dice que le fue revelado por la Virgen que Dios esperaba de ella la fundación de una congregación de reparación de los ultrajes cometidos al Santísimo. El nacimiento oficial de la nueva familia religiosa tuvo lugar el 1 de mayo de 1857 en Estrasburgo, bajo el nombre de «Instituto de María Reparadora». Aunque de hecho lo dirigía, no ingresó ella misma en el instituto mientras tuvo a su cargo la educación de sus propios hijos.
Sus hijas mujeres la siguieron en la vocación religiosa. La beata murió el 22 de febrero de 1879, y su tumba se encuentra en la Iglesia de la Santa Cruz y San Bartolomé, en Roma.