- San SIMFONIANO, mártir. Autun, Galia Lugdunense. Mientras era llevado al suplicio, desde la muralla de la ciudad era exhortado por su madre. (s. III).
- San TIMOTEO, mártir. Roma. (303).
- San FELIPE BENIZI, presbítero. Todi, Umbría. Varón de gran humildad y propagador de los Servitas. Cristo crucificado era su único libro. (1285).
- Beato TIMOTEO de MONTICCHIO, presbítero. Abruzzo. Franciscano. Insigne por la austeridad de vida y el fervor de su oración. (1504).
- Beato TOMÁS PERCY, mártir. York. Decapitado durante el reinado de Isabel I por su fidelidad al papa. (1572).
- Beatos GUILLERMO LACEY y RICARDO KIRKMAN, presbíteros y mártires. York. Condenados a muerte por haber entrado en Inglaterra como sacerdotes. (1582).
- San JUAN WALL, presbítero y mártir. Worchester. Franciscano. Tras haber ejercido clandestinamente su ministerio durante más de veinte años, en tiempo de Carlos II, por el hecho de ser sacerdote fue ahorcado y descuartizado. (1679).
- San JUAN KEMBLE, presbítero y mártir. Hereford. Ejerció el ministerio pastoral durante cincuenta años. Ya octogenario, fue ahorcado por ser sacerdote. (1679).
- Beato BERNARDO PERONI, religioso. Piceno, Las Marcas. Capuchino. Célebre por su simplicidad de corazón, inocencia de vida y admirable caridad para con los pobres. (1694).
- Beato ELÍAS LEYMARIE de LAROCHE, presbítero y mártir. Rochefort. Encerrado en una nave durante la Revolución Francesa. Murió de enfermedad en el cautiverio. (1794).
Hoy recordamos especialmente a BEATO SIMEÓN LUKAC.
El obispo Lukac ejerció clandestinamente su ministerio en Ucrania en favor de los católicos de rito bizantino. Es uno de los numerosos mártires que ofrecieron su vida en martirio por mantener la fidelidad a Jesucristo.
Nació en 1893 en Starunya, Ucrania.
Recibió la ordenación sacerdotal en 1919.
Hasta 1945 fue profesor del seminario de Stanislaviv.
Consagrado obispo en esta fecha, en 1949 fue detenido y condenado a diez años de prisión.
Liberado en 1955, fue nuevamente detenido por ejercer su ministerio clandestinamente.
En 1962 lo condenaron a cinco años de trabajos forzados. No los pudo resistir; moribundo, lo liberaron en 1964. Falleció prontamente.