- PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, “NIÑA MARÍA”, se celebra la dedicación que de sí misma hizo a Dios la futura Madre del Señor, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su Concepción Inmaculada.
- San RUFO, nombrado por San Pablo en su Carta a los Romanos como elegido del Señor. (s. I).
- San AGAPIO, mártir. Cesarea de Palestina. Martirizado con frecuencia. En presencia del emperador, durante los juegos del anfiteatro, fue entregado a un oso para que los devorara. Como quedó con vida, lo tiraron al mar. (306).
- San MARINO, obispo y mártir, en la región de Istria, actual Croacia. (s. IV).
- San MAURO, obispo, en Flaminia, Italia. (946).
- Beata MARÍA de JESÚS BUEN PASTOR de SIED-LISKA, virgen. Roma. Abandonó Polonia por problemas con el gobierno y, al servicio de los emigrantes de su patria, fundó el Instituto de Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret. (1902).
Hoy recordamos especialmente a SAN GELASIO I
No se sabe si nació en África o era romano de origen, pero sí consta que fue elegido pontífice en el 492 y que reinó cuatro años y medio, distinguiéndose por su energía.
Parece que no es obra suya el Decreto Gelasiano que contiene una lista de los libros del canon bíblico, pero sí hay que atribuirle reformas litúrgicas y sin ninguna duda una actitud muy firme respecto a los herejes: combatió implacablemente a pelagianos, nestorianos y monofisitas, e hizo quemar los libros de los maniqueos.
También hombre de una pieza en el conflicto que le enfrentó a un obispo cismático de Constantinopla, afirmando en todo momento la primacía de la sede romana, sin olvidar que formuló con claridad, quizá por primera vez, la supeditación que en último término debe el poder temporal al espiritual.
Este esquemático repaso a sus actividades le señala como un papa que no perdía el tiempo y que en menos de un lustro dejó huella en todas las cuestiones relativas a la fe y a la disciplina. Su figura se ve así envuelta en un aura de inflexibilidad.
Aunque la idea más común acerca de ser santo se relaciona con blandas efusiones teñidas de sentimentalismo, la santidad estriba muchas veces en ser duro. San Gelasio, defendiendo el depósito de la fe y la Iglesia de Roma es inflexible, no retrocede ni una pulgada; y también ha pasado a la historia como «padre de los pobres», porque para él caridad significaba las dos cosas, ser de hierro custodiando la herencia de Dios y de cera y miel para las necesidades de sus hermanos.