- San ANICETO, papa. En Roma. Recibió como huésped a San Policarpo. (166).
- Santos SULPICIO y SERVIANO, mártires. En Roma. (s. inc.).
- San SECUNDINO, mártir. En la Hispania Bética. (s. IV).
- San MARCELINO, obispo. En Embrún, Galia. Oriundo de África, convirtió a la fe de Cristo la mayor parte de la población de los Alpes Marítimos y fue ordenado obispo por San Eusebio de Vercelli. (374).
- San MARCIANO, monje. En Auxerre. (488).
- San TEODORO, el “Triquino”. En Constantinopla. Usó el cilicio con que se cubría, y llevó una admirable existencia en la soledad. (s. V).
- San ANASTASIO, obispo y mártir. En Antioquía de Siria. Durante el reino de Focas fue asesinado cruelmente por unos sicarios. (609).
- Santa HELIENA, virgen. En Campania. Firme en el seguimiento del Señor. Abrazó una vida solitaria, en la que sirvió a Dios en las necesidades de los religiosos y de los enfermos. (s. VII).
- San VIHÓN, obispo. En Osnabrück, Sajonia. Fue enviado por Carlomagno como abad para evangelizar la región y, ordenado obispo de esta iglesia, tuvo que sufrir mucho por Cristo. (804).
- Beato GERALDO de SALLES, eremita. En Poitiers. Dedicado a la vida penitente, fue un canónigo pobre y un eremita más pobre aún, ejemplo con el cual atrajo a muchos al amor de Dios y a la vida eremítica, y además fundó varias casas de canónigos regulares. (1120).
- Santa INÉS, virgen. En la Toscana. Vistió hábito de vírgenes a los nueve años, y a los quince, muy a su pesar, fue elegida superiora de las monjas de Procene. Más tarde fundó un monasterio sometido a la disciplina de Santo Domingo, donde dio muestras de una gran humildad. (1317).
- Beato SIMÓN RINALDUCCI de TODI, presbítero. En Emilia-Romaña. Ermitaño de San Agustín, que con su enseñanza y ejemplo edificó a los jóvenes estudiantes y a todo el pueblo de Dios. (1322).
- Beatos JACOBO BELL y JUAN FINCH, mártires. En Lancaster, Inglaterra. El primero de ellos era presbítero, aunque vivió durante veinte años en otra confesión hasta que se reconcilió con la Iglesia a instancias de una piadosa mujer, y el segundo, padre de familia, agricultor y catequista, por su fe estuvo encarcelado durante varios años y sufrió hambre y otras pruebas. Finalmente, ambos, alcanzaron el martirio. (1584).
- Beatos RICARDO SAGEANT y GUILLERMO THOMPSOM, presbíteros y mártires. En Londres. Condenados a muerte por haber entrado y permanecido en el país siendo sacerdotes. (1584).
- Beato MAURICIO MacKENRAGHTY, presbítero y mártir. Tras dos años encerrado en la cárcel por negarse a reconocer la autoridad de la reina sobre la Iglesia, fue llevado al suplicio. (1584).
- Beato ANTONIO PAGE, presbítero y mártir. En York. Hombre manso y humilde y honesto, que por ser sacerdote fue al suplicio. (1593).
- Beatos FRANCISCO PAGE, presbítero, y ROBERTO WATKINSON, presbítero. Mártires. El primero jesuita. En Londres. Este último había sido ordenado un mes antes, y ambos, por ser sacerdotes fueron ajusticiados en Tyburn. (1602).
- Beata CLARA BOSATTA, virgen. Como, Italia. Con la ayuda del Beato Luis Guanella, fundó la Casa de la Divina Providencia. (1887).
Hoy recordamos especialmente al Beato ANASTASIO PANKIEWICZ
Beato Anastasio Pankiewicz (1882-1942). Sacerdote profeso, que había ingresado en la Orden a los diecisiete años de edad. Heroico pastor de almas, organizó el centro pastoral y escolar del Barrio Doly en Lodz, y fue fundador de las Hermanas Antonianas de Cristo Rey. Arrestado el 10 de octubre de 1941 y deportado al campo de Dachau, permaneció allí hasta su muerte; asignado al «reparto de inválidos», murió en la cámara de gas el 20 de mayo de 1942. Consciente de la inminencia de su muerte, se confesó y luego dijo a un amigo: «Estoy tranquilo y listo para morir».