Hoy, 2 de septiembre, la Iglesia celebra a:

by AdminObra
  1. San ZENÓN, mártir. Nicomedia. (s. III).
  2. Santa TEODOTA, madre, y sus hijos EVODIO, HERMÓGENES y CALIXTO; mártires. Nicea. (s. IV).
  3. San HABIB, diácono y mártir. Edesa. Fue condenado a la hoguera en tiempos de Licinio. (322).
  4. San JUSTO, obispo. Lyon. Renunció al obispado a raíz del concilio de Aquileya y se retiró, con San Viator, donde convivió durante algunos años con monjes de vida ascética. (381).
  5. San NONOSO, abad. Lacio. (570).
  6. San SIAGRIO, obispo. Autun, Burgundia. Cuya ciencia y celo brillaron en los concilios en los que intervino. (599).
  7. San AGRÍCOLA, obispo. Aviñón. Después de llevar una vida monástica en la isla de Lérins, sucedió en el episcopado a San Magno, de que había sido auxiliar. (700).
  8. San ELPIDIO. Las Marcas. (s. XI).
  9. Santos ALBERTO y VITO, monjes. Bérgamo. El primero, después de posponer armas y honores mundanos por seguir a Cristo, fundó un monasterio en la propia ciudad según las costumbres de Cluny. El segundo gobernó dicho monasterio. (1096).
  10. Beato BROCARDO, eremita. Monte Carmelo. Prior de los eremitas a quienes San Alberto, obispo de Jerusalén, dio la Regla de Vida para conducirse día y noche vigilantes en la oración y en la meditación. (1231).
  11. Beata INGRID ELOFSDOTTER, religiosa. Skänninge, Suecia. Tras enviudar dedicó todos sus bienes al servicio de Dios, y vistió hábito dominicano tras una peregrinación a Tierra Santa. (1282).
  12. Beatos JUAN MARÍA de LAU d’ALLEMANS, FRANCISCO JOSÉ y PEDRO LUDOVICO de la ROCHEFOUCAULD, obispos, y NOVENTA Y TRES COMPAÑEROS, clérigos o religiosos; mártires. París. Por negarse a prestar juramento, impuesto a los clérigos durante la Revolución Francesa, fueron encarcelados en el convento de las Carmelitas y, después, ajusticiados. (1792).
  13. Beatos PEDRO JACOBO MARÍA VITALIS, presbítero, y VEINTE COMPAÑEROS, mártires. París. Masacrados durante la Revolución Francesa. (1792).

Hoy recordamos especialmente a SAN ANTOLÍN

De acuerdo con la leyenda oriental, Antonino o Antolin era un tallador de piedra sirio que con un extraordinario desinterés reconvino a los idólatras de su ciudad natal por adorar imágenes de piedra. Después de aquel acto impetuoso, salió apresuradamente de la ciudad y se refugió en la celda de un ermitaño con el que vivió durante dos años.

Entonces decidió regresar a la ciudad y tuvo el desconsuelo de advertir que los habitantes aún rendían culto a los falsos dioses, por lo cual adoptó una actitud más enérgica todavía: entró a los templos y arrojó por tierra a los ídolos. Después, huyó más que de prisa de la ciudad y se refugió en Apamea. Allí, el obispo le dio instrucciones para que construyera una iglesia, a lo que accedió Antolin. Pero, apenas comenzada la obra, los paganos se enfurecieron a tal punto que, tras de organizar un tumulto para acabar con la construcción, asesinaron a Antolin, que ni siquiera trató de defenderse. El santo no tenía más de veinte años de edad.

Una tradición legendaria sobre sus reliquias se conserva en España. La misma narra que el rey don Sancho, hallándose de caza en la espesura de un bosque, en el lugar donde hoy se extiende la ciudad de Palencia, divisó un jabalí, que en su huida fue a refugiarse en una oquedad del terreno (la cripta de San Antolín, aún en pie hoy bajo la catedral gótica de la ciudad). Adentrándose el rey en la misma, se disponía a lanzar una flecha para matar al animal, cuando su brazo quedó paralizado, comprendiendo el rey que estaba en un lugar santo y que había sido castigado por cometer sacrilegio. El monarca hizo entonces un voto por el que si recuperaba de la repentina parálisis levantaría una catedral en el lugar. Al instante quedó curado. Agradecido el rey Sancho por el milagro, y halladas las reliquias del mártir que habían quedado abandonadas durante la invasión musulmana, se erigió el templo en cumplimiento de la promesa. Debido a esto la catedral palentina está dedicada a san Antolín.

Se tiene entendido que este Antolin mártir es el que figura en el Martirologio Romano como sacrificado en Pamiers, donde existen leyendas locales sobre él. Algunas de sus supuestas reliquias fueron trasladadas a Palencia, España, ciudad ésta de la que el santo es patrono y que tiene su propia versión sobre la leyenda de Pamiers, en la que el santo es, además, diácono (lo que explica muchas de sus representaciones iconográficas). El nombre de san Antolin se asocia con los de san Almaquio y san Juan, de quienes se supone que sufrieron con él. También hay otro error en relación con Capua, donde se venera, el 3 de Septiembre, a un «niño san Antonino» junto con san Aristeo. A raíz de la mención de este mártir en el martirologio más antiguo de cuantos se conocen, el Hieronymianum, surgieron grandes c