1. San ELEUTERIO, mártir. Nicomedia. (s. III).
2. San SATURIO, eremita. Numancia. (606).
3. San LEODEGARIO, obispo y mártir. Arras, Neustria. Obispo de Autun. Sometido a varios suplicios y cegado, fue condenado a muerte injustamente por Ebroino, mayordomo del palacio del Rey Teodorico. Con él se conmemora a su hermano mártir Gerino, que dos años antes, por orden de Ebroino, había sido lapidado. (679-677).
4. San BEREGISO, abad. Andag, Ardenas. Fundador en este lugar de un monasterio de canónigos regulares, que él presidió con fidelidad. (725).
5. San URSICINO, obispo y abad. Recia, Suiza. Obispo de Chur y primer abad del monasterio de Disentis, que él había fundado. (s. VIII).
6. San TEÓFILO, monje. Constantinopla. Por defender el culto de las santas imágenes fue torturado cruelmente por el emperador León Isáurico, y después exiliado. (795).
7. Beatos LUIS YAKICHI y LUCÍA, esposos, y sus hijos ANDRÉS y FRANCISCO, mártires. Nagasaki. La madre y los hijos fueron decapitados delante del padre. Éste fue quemado vivo. (1622).
8. Beato JORGE EDMUNDO RENÉ, presbítero y mártir. Rochefort. Siendo canónigo de Vézelay, durante la Revolución Francesa, fue encarcelado en una nave por su condición de sacerdote y murió de tuberculosis. (1794).
9. Beato ANTONIO CHEVRIER, presbítero. Lyon. Instituyó el Instituto del Prado, para preparar sacerdotes destinados a enseñar la doctrina cristiana a jóvenes pobres. (1879).
10. Beato JUAN BEYZYM, presbítero. Rianarantsoa, Madagascar. Jesuita. Ejerció su ministerio entre los leprosos, a los que prodigó una obra de caridad en favor de sus cuerpos y de sus espíritus. (1912).
11. Beatos FRANCISCO CARCELLER GALINDO, e ISIDORO BOVER OLIVER, presbíteros y mártires. Castellón de la Plana. El primero, escolapio; el segundo, operario. Fusilados en el muro del cementerio durante la persecución religiosa. (1936).
12. Beata MARÍA GUADALUPE RICART OLMOS, religiosa y mártir. Valencia. Sierva de María. Muerta por su fe. (1936).
13. Beata MARÍA ANTONINA KRATOCHWIL, virgen y mártir. Stanislanów, Polonia. Congragación de Hermanas de las Escuelas de Nuestra Señora. Muerta por su fe y por las torturas soportadas. (1942).
Hoy recordamos especialmente a los Beatos ELÍAS y JUAN BAUTISTA CARBONELL MOLLÁ
Estos dos mártires eran hermanos, ambos sacerdotes y juntos recibieron la palma del martirio en Sax, provincia de Alicante, en la Comunidad Valenciana, el 2 de octubre de 1936. Fueron beatificados el 11 de marzo de 2001 por el papa Juan Pablo II.
Nacieron en Concentaina, también provincia de Alicante, Elías el 20 de noviembre de 1869, y su hermano Juan el 6 de junio de 1874, hijos de un médico, José, y de su esposa, Milagros, que dieron a sus hijos una buena educación cristiana. Elias ingresó en el seminario conciliar de Valencia en 1890, mientras que Juan ingresaba primero en el seminario de Orihuela y sólo más tarde pasaba también al de Valencia.
Elias hizo el doctorado en teología y se ordenó sacerdote en marzo de 1893, siendo seguidamente nombrado coadjutor de El Salvador, de Concentaina y, un tiempo después, obtuvo el mismo cargo en la iglesia arciprestal de Santa María, desempeñando también el cargo de administrador del hospital y asilo de los Desamparados. También colaboró con la casa-retiro de las hermanas trinitarias y sobresalió como orador sagrado. Juan, por su parte, se ordenó sacerdote en diciembre de 1898 y siguió los pasos de su hermano: primero coadjutor en El Salvador, de Concentaina, y luego en la iglesia de Santa María. Era un notable organista, lo que utilizó para su apostolado, y se debió a él el esplendor de la Orden Tercera del Carmen, que dirigía con mucho celo. Llegada la revolución de 1936 se le ofreció ir a vivir a una casa que tenía fácil salida para la huida, pero él respondió que no había hecho mal a nadie y que permanecería en su sitio. Ambos hermanos fueron arrestados el 1 de octubre de 1936 y llevados al convento de clarisas convertido en cárcel y de él, al día siguiente, fueron sacados para ser fusilados en la carretera, en el término de Sax (Alicante). No hubo otro motivo para su fusilamiento que su condición de sacerdotes.